En el ascenso a la cota que cerraba la jornada, el transalpino del Astana dejó al resto del pelotón y se lanzó a la caza del español Joaquín «Purito» Rodríguez, que iba escapado y que no pudo aguantar el ritmo del italiano.
Fue un golpe de efecto del «Tiburón de Messina», que ha visto como los dos principales candidatos, el británico Chris Froome y Contador, le dejaban el camino libre para que logre su tercera gran vuelta, tras haber vencido en la de España en 2010, en el Giro de 2013 y haber sido tercero en el Tour de 2013.
Aguardó al último puerto para asestar el golpe de gracia a un Tour que le tiende la mano. Nada más empezar las rampas de La Planche des Belles Filles, que se subía por segunda vez, tras la victoria de Froome en 2012, Nibali dejó el pelotón de los favoritos y se marchó a por la victoria.
Por delante quedaban supervivientes de la escapada, entre ellos el polaco Michal Kwiatkowski, sexto de la general y, por fases, maillot amarillo virtual.
Pero el «Tiburón» quería comerse la carrera y los fue adelantando a todos. «Purito» fue el último, cuando apenas quedaban dos kilómetros para la meta, los más duros, que se le hicieron terribles al catalán, que acabó rendido, superado por muchos otros corredores.
Su consolación es que logró muchos puntos en la clasificación de la montaña, porque coronó en cabeza todos los puertos menos el primero y el último, y mañana llevará el maillot de puntos rojos.
Nibali, con el extraño maillot de campeón italiano que luce, entró en la meta con el dedo en la boca, homenaje a su hijo.
Por detrás llegó el francés Thibaut Pinot, que es de la zona, y tercero fue el español Alejando Valverde, que ocupa ahora el mismo puesto en la general, a 2.47 del italiano.
Segundo es el australiano Richie Porte a 2.23.
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