Con solo 21 años logró a lo más alto del podio en Río de Janeiro en la modalidad de K1 1.000 metros. Hasta entonces el único palista español que lo había conseguido con esa edad era David Cal. Ahora dice estar más motivado que nunca y eso, unido a su ambición, lo hace a soñar sin límites.
«No quiero prometer nada, pero en Tokio 2020 lucharé por dos medallas; quiero estar en K1 y en K4. Después ya se verá, quizás aguante dos o tres ciclos olímpicos más», manifestó Cooper en una entrevista con el Consejo Superior de Deportes que recoge Europa Press.
En la embarcación de equipo podría coincidir con Saúl Craviotto o Cristian Toro, campeones olímpicos también en Río. Sin embargo, él prefiere ser cauto. «Todavía no está confirmado, pero es probable que en Tokio las distancia del K4 pase de 1000 metros a 500. Si eso sucede podría competir junto a alguno de ellos y para mí sería un honor», comentó.
Cooper nació en Oxford, pero con solo tres meses se trasladó a vivir a Mallorca. A los 12 años empezó a hacer piragüismo de recreo en el Club Naútico de Porto Preto. «Me apunté para ver los peces, pero pronto empecé a fijarme en los deportistas de alta competición que entrenaban allí y, sin más, decidí probar», recuerda.
En poco tiempo Cooper se alzó con el título mundial Junior con el K-4 y en 2014 logró su primer metal mundialista en categoría absoluta. El español, de origen británico, fue Bronce en el Mundial de Rusia y en el 2015 plata en Italia. «Ese año yo no aspiraba a Río, pensaba en Tokio porque era demasiado pronto y ni de broma era el mejor de España», admitió.
«Pero ese verano me dije, ¿Por qué no? Entonces me propuse clasificarme para la embarcación de K1 1.000 metros. Algo en mí me decía que podía conseguirlo. En la repesca solo había dos plazas y yo quedé tercero, pero uno de los palistas decidió ir a la embarcación doble. Conseguí clasificarme por los pelos», reconoció.
«Fue una sorpresa para toda España y también para mí. Era mi primera carrera internacional en esta modalidad y mi objetivo era estar en la final. Fue el tiempo más corto que hice en mi vida, 3:31.447, y hasta que crucé la meta y miré hacia los lados no sabía que había ganado», admitió.
Marcus Cooper lleva seis años viviendo en el Centro de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes de Madrid, pero desde que volvió de Río de Janeiro decidió entrenar en Mallorca para poder estar más cerca de su familia. «Ése es mi mejor regalo para esta Navidad, poder disfrutar de ellos, y, por eso, celebraremos estas fechas en Inglaterra todos juntos», sentenció.
2 comentarios
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Gran mallorkino.
Ojalá pudiera yo conquistarle a él. ; )