Desde la llegada los inscritos fueron agasajados con un pack de bienvenida que les entregaron Maria Slawin y Jesús Castro. Un sombrero conmemorativo y un lote de productos locales propiciaron que todos entraran con buen pie en la casa club, donde ya les aguardaba un desayuno en el food truck de Fibonacci, donde Luis Curti y Mónica Bauzá derrocharon simpatía y buen hacer.
Martín Grima, al frente de las operaciones sobre el terreno, y el director de Maioris Golf, Ángel Paes, se encargaron de que la competición se desarrollara en las mejores condiciones. Además, los dos estuvieron muy pendientes de todos los jugadores animando y procurando que todo saliera a pedir de boca en un campo que presume de un excelente estado y recorrido.
El aviso fue puntual para dar inicio al torneo y que los jugadores encarar los 18 hoyos (par 72) con una primera mitad tipo escocés con greens movidos y una segunda con un diseño típicamente americano.
A mitad de camino los participantes tuvieron la oportunidad de volver a disfrutar de una exquisita merienda con el equipo de Fibonacci y aprovechar una pausa para bromear y analizar el desarrollo de la competición tras sus primeros compases.
Preparativos
Al mismo tiempo que José Luis Agenjo promocionaba la firma Lumon Cristales España, empezaba la actividad en la terraza del restaurante de Golf Maioris. El equipo de cocina preparaba la barbacoa de la que posteriormente disfrutarían los jugadores.
Antes de sentarse a la mesa hubo tiempo para disfrutar de las excelencias del primer jamón de porc negre con el sello en el corte y las interesantes explicaciones de José Abellán, que hacía las delicias de los asistentes igual que la música en directo que puso banda sonora a la faceta más social del torneo, que acreditó un envoltorio de muchos quilates para la parcela competitiva.
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