Imagen de Sete Benavides (RCN Port de Pollença). | RFEP

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El piragüismo balear logró este domingo su primera medalla en la Copa del Mundo que se disputa en la pista húngara de Szeged. La única gran cita de calado internacional dentro de este deporte, a consecuencia de la pandemia de la COVID-19, dejó una medalla de bronce para el laureado palista isleño Sete Benavides (RCN Port de Pollença).

El mallorquín volvió a demostrar que es uno de los referentes dentro de la distancia de C1 200 metros, y después de clasificarse de manera directa para la final en las series (evitando las semifinales), firmó una buena regata en la prueba decisiva para acabar tercero y medalla de bronce, con un tiempo de 40.39, a apenas una centésima de la plata, que fue para el georgiano Zaza Nadiradze (40.38). El ruso Ivan Sthyl fue el vencedor y medalla de oro, con un registro de 40.09.

En la misma final también compitió otro palista del Náutico del Port de Pollença, Toni Segura, que tras lograr su clasificación para la final de C1 200 en las semifinales, acabó en séptima plaza, con un crono de 42.05.

La participación isleña en el programa matinal la completaron Carlos Borrás (RCN Palma), que con el K4 500 metros se metió en la final al ser primeros de su serie de semifinales (1:23.27), acabando en una meritoria cuarta posición en la regata decisiva, con un tiempo de 1:23.17, mientras que Alicia Heredia (RCN Palma) fue tercera en la final B de K1 500 metros, con un tiempo de 1:58.46.