Johnson, de 36 años, no ha jugado desde el Abierto de Estados Unidos, y en Las Vegas aspiraba a lograr el título número 24 de su carrera en el PGA Tour. El jugador estadounidense, que había experimentado síntomas del virus, alertó al personal del PGA Tour y se le sometió a una prueba.
Según David Winkle, agente de Johnson en la empresa Hambric Sports, el golfista se hizo una prueba, en Las Vegas, el pasado domingo, que resultó negativa. Pero por la noche comenzó a sentir síntomas y el lunes se mantuvo alejado del campo. Al no mejorar, este martes volvió a hacerse la prueba que al final resultó ser positiva.
El positivo de Johnson lo convierte en el golfista más importante que se ha visto infectado por el coronavirus desde que se reanudó la competición, sin espectadores. Sin embargo, esta es la segunda semana consecutiva que un jugador entre los 20 mejores se ha visto obligado a retirarse debido al COVID-19. La semana pasada, en el Abierto de los Hospitales Shriners para Niños, fue su compatriota Tony Finau el que dio positivo y no pudo competir en el torneo que al final ganó el escocés Martin Laird en el desempate.
«Obviamente, estoy muy decepcionado», expresó Johnson en un comunicado. «Tenía muchas ganas de competir esta semana, pero haré todo lo posible para regresar lo más rápido posible. Ya he recibido algunas llamadas con el equipo médico del Tour y agradezco todo el apoyo y la orientación que me han brindado».
La segunda mitad del 2020 de Johnson ha sido una de los mejores de su carrera. Además de las victorias en el Travelers Championship, The Northern Trust y el Tour Championship, fue segundo en el PGA Championship y el BMW Championship y sexto en el US Open hace casi un mes.
Ahora, su objetivo es jugar el Masters en el Augusta National, que se va a disputar, sin aficionados, dentro de cuatro semanas.
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