Las modalidades de montaña han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, enganchando muchas de ellas a gente joven como una inquera que vive el deporte con enorme pasión y ha hecho de la escalada una forma de vida. Marina Revert (Inca, 2003) pasa unos días en familia en la capital de es Raiguer y, de paso, se ejercita en las espectaculares instalaciones de esRocodrom, uno de los centros de referencia de este deporte en la Isla.
Estudiante de INEF en Lleida, su objetivo es «llegar al equipo nacional», aunque sabe que «hay mucha competencia, y cada vez más porque crecemos a un gran ritmo», aunque a la vez lamenta «la falta de instalaciones» (centradas en Madrid, Catalunya y Extremadura) y contempla como un sueño a largo plazo todavía el poder ser olímpica. «Tal vez en Los Ángeles 2028. París nos queda demasiado cerca. Será difícil, pero aunque no me lo planteo mucho, la posibilidad está ahí», explica Marina, quien en la temporada 2021 ha confirmado sus expectativas ubicándose entre las mejores del país en su edad. Si ya venía avalada por resultados notables en las categorías de formación y en el calendario balear, en 2021 Revert dio un paso al frente alzándose con la Copa de España Sub 20 en la modalidad de Dificultad.
Expectativas
Su meta es seguir progresando para competir «a nivel internacional con la selección», fijándose como reto para 2022 «hacer buenos resultados y disputar la Copa de España, pues será mi último año Sub 20 antes de pasar a Absoluto y sé que tendré mucha rivalidad».
Para la campeona de la Copa de España Sub 20 de escalada, este deporte es «una forma de vida de la que no me puedo despegar», sin descuidar su formación académica y teniendo presente las limitaciones que ha supuesto topar con la COVID-19. «Ha sido un freno importante, especialmente para los eventos indoor, refiere. Ya de pequeña, Marina mostraba inquietud y apuntaba maneras en este deporte. «Sobre los 7 años me apunté. Hacía clases de verano y fue algo que me cautivó», cuenta la campeona nacional de Dificultad, quien recuerda con cariño «que de pequeña me subía a todo lo que me encontraba... Y mi madre quería que hiciera deporte. Hasta que llegamos a esRocodrom, me apuntaron un verano y aquí hemos llegado», dice feliz de su elección, de practicar la escalada deportiva «porque me gusta, me llena y es lo que me hace feliz. Seguiré escalando siempre que pueda, ya veremos hasta qué punto. Y lo recomiendo. Te hace sentir sensaciones únicas». Palabra de campeona.
El apunte
El programa olímpico, un gran escaparate
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