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Hay homenajes y homenajes, igual que existen superestrellas y superestrellas en mayúscula. En esta segunda categoría debemos encuadrar a John Cena, leyenda del wrestling y mucho más que eso. El cariño de los aficionados quedó bien expuesto este pasado lunes en Monday Night Raw, donde todo el universo de la WWE rindió un merecido tributo al de West Newbury (Massachusetts) por sus veinte años de exitosa carrera encima del ring.

Fue una noche de reencuentros en el vestuario. Cuando sonaron los acordes del tema de John Cena el público asistente al evento explotó de júbilo. En estos veinte años de carrera, con intermitencias en sus apariciones en el gigante mundial de la lucha libre, John Cena ha acumulado el respeto de sus contrincantes y el cariño de los aficionados. Sus números le avalan, puesto que no hay nadie con más títulos mundiales que él. Tan solo el mítico Ric Flair iguala sus 16 reinados de la corona mundial, y en WWE ha aglutinado un total de 25 campeonatos. Unos números de vértigo que nadie se aventuraba a preconizar en su primera aparición, hace ahora dos décadas, para confrontar con el medallista de oro Kurt Angle. Con el tiempo se ha enfrentado a los más grandes de los últimos tiempos, y muchas veces ha salido victorioso.

Además, John Cena ha compaginado en este tiempo su carrera de luchador con sus exitosas apariciones en la pequeña y la gran pantalla, y ha seguido con gran acierto la estela de otros como Dwayne Johnson The Rock para convertirse en uno de los rostros más populares del star system televisivo norteamericano. Para John Cena todo eso es importante, pero no es lo más importante. Según desveló dirigiéndose directamente a la afición en Monday Night Raw, con motivo de la celebración de sus veinte años en la cúspide de la industria del deporte de entretenimiento, durante todo ese tiempo «habéis creado el entorno para que sea mi verdadero yo. También habéis sido lo suficientemente valientes como para decirme cuando apesto y también habéis tenido la amabilidad de decirme cuando no lo hago».

Así, John Cena ha aprendido mucho del universo WWE; él mismo destacó en su speech el «cuidado, amabilidad, humildad y perserverancia» que la vida de wrestler le ha inculcado e hizo hincapié en las señas de identidad acuñadas por él mismo que le han acompañado como luchador: «hustle, loyalty, respect (ajetreo, lealtad, respeto)». Repartió fotos con todos, a diestro y siniestro. Con sus compañeros de profesión para quien es un verdadero referente y con los seguidores de WWE, a quienes regaló sus camiseta y gorras características. Se fue medio desnudo, con la mano en el corazón agradeciendo todo el amor expresado. Afirmando que John Cena no es solo él, es un «nosotros» colectivo que interpela a grandes y a pequeños con su «Never give up (Nunca rendirse)»; especialmente a estos últimos les sirve como modelo de conducta necesario para encarar con éxito los tiempos que corren. Finalmente John Cena se fue como llegó, aclamado, y sin desvelar cuándo será su próximo combate.