Fede Páez, delante del 'tee' del hoyo 1 del campo de Quail Hollow, en Charlotte, sede de la Presidents Cup que terminó el pasado domingo.

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Fede Páez, uno de los golfistas más destacados de Balears, ha sido árbitro de la Presidents Cup, el torneo que enfrenta cada dos años a los mejores jugadores de Estados Unidos contra los del resto del mundo (sin contar los europeos). El campo escogido fue Quail Hollow, en Carolina del Norte, y el conjunto estadounidense se impuso por 17.5 a 12.5 logrando su noveno triunfo consecutivo.
Páez, nacido en Buenos Aires en 1986 y que reside en Mallorca desde el año 2000, fue nominado como representante del comité arbitral por parte del DPWorld Tour. «A nivel deportivo ha sido espectacular, no sólo por el nivel de juego sino también por su formato. Arbitrar match plays por equipos en diferentes modalidades es algo fuera de lo cotidiano y eso convierte sin duda a esta Presidents Cup en la competición no individual de mayor nivel en la que he participado. En torneos individuales, fui afortunado de formar parte del comité arbitral del Masters de Augusta de 2019. Fue la célebre edición con Tiger Woods como ganador tras remontar en la última jornada, y al haber sido mi primera experiencia en los grandes, personalmente sigue siendo la mayor competición en la que he participado».


Durante el torneo, su labor ha consistido en cuatro actuaciones como observador y árbitro. «Como árbitro caminas entre los jugadores y les asistes en cuestiones de reglamento y actúas ante cualquier infracción, intentando también prever las situaciones que ocurren alrededor con voluntad de evitarlas y así evitar penalidades. Cada árbitro cuenta con un observador que le asiste a tomar decisiones sobre cuestiones de hecho actuando de apoyo, análogo a funciones de juez de línea en fútbol. El observador suele ir por delante del árbitro cerca de donde los golpes quedan en reposo y le transmite información relevante», explica.

El evento se ha desarrollado sin incidentes, pero sí que se vivió una situación curiosa. «Fue impresionante la cantidad de personal del Servicio Secreto presente en la zona de salida del primer hoyo de la jornada del viernes, donde los presidentes George W. Bush y Bill Clinton recibían y saludaban a los jugadores de ambos equipos». A Páez también le hizo especial ilusión arbitrar el partido de individuales de Tom Kim, «estandarte del equipo Internacional y estrella en ciernes, que hizo vibrar a todo el anfiteatro de salida».
Uno de los sueños de Páez es formar parte del comité arbitral de la Ryder Cup. «Espero estar en la del año que viene en Roma».

A pesar de contar con un excelente nivel, el Páez no logró dar el salto definitivo en el mundo del golf. «El jugador medio no es realmente consciente de lo buenos que son estos jugadores, de la dedicación, del esfuerzo, de la constancia, de la resiliencia… luego la gestión de la presión en momentos importantes y las condiciones de los campos en los que juegan, extremadamente exigentes. También hay que añadir que a nivel profesional es un trabajo en el que pasas mucho tiempo fuera de casa, de familia y amigos, y eso lo convierte en un cóctel no adecuado para todos los gustos. En mi caso, disfruto con la competición pero siempre fui reticente a creer que mi juego, sobre todo por distancia, fuese el adecuado para tener éxito al máximo nivel profesional. Por suerte, se me presentó la oportunidad de formar parte a nivel arbitral del máximo nivel en el deporte que me apasiona y seguir disfrutando de la competición a nivel amateur cuando mis obligaciones me lo permiten. Y volvería a elegir nuevamente lo mismo».