La gimnasta natural de Inca, que este miércoles cumplirá 28 años, superó su novena operación de rodilla tras renunciar a su participación en los Juegos de Tokio y regresó a la competición el pasado curso, pero finalmente se despedirá a lo grande y en casa, y razonará sus motivos en un encuentro con la prensa este mismo martes.
Será este sábado, en Son Moix y con motivo del arranque de la Liga Iberdrola, en la que defenderá por última vez los colores del Xelska Illes Balears, el club con el que ha crecido hasta ser internacional y la referencia del equipo español, al que llevó a clasificarse para los últimos Juegos, logrando además el billete en el concurso individual. Un objetivo vital que quedará en el debe de Cintia, la pupila más avanzada del técnico Pedro Mir y una de las grandes joyas del CTEIB.
Varios Mundiales (2010, 2012, 2014, 2017, 2018 y 2019), Europeos, títulos de campeona de España y de la Liga Iberdrola y medallas en los Juegos Mediterráneos -doble bronce en Tarragona- adornan el extenso palmarés de Cintia Rodríguez (Inca, 1994), quien encontró en el ciclismo una motivación extra y una nueva vocación deportiva. Un deporte que le ayudó a superar el trance de no ir a Tokio y descubrir sensaciones diferentes vistiendo el maillot del equipo Qromia, con el que ha disputado la Challenge de Féminas.
Nueve operaciones de rodilla en doce años han lastrado la carrera de Cintia Rodríguez, la última de ellas, además, le costó no poder hacer realidad su sueño olímpico en 2021. La gimnasia seguirá formando parte de su vida, al igual que el ciclismo, esa nueva pasión que compagina también con sus estudios de criminología en la UNED, que le permitirán encontrar salidas profesionales una vez abandonado el deporte de élite, que ha sido demasiado cruel con una de las gimnastas más carismáticas del panorama español.
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