Rafael Nadal y Carlos Moyà, con la bandera de Baleares en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. | F.Fernández

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Esta es la historia de una bandera. De Baleares, para ser más exactos. Pero no es una cualquiera, pues las manos de los mejores deportistas que ha conocido el archipiélago a lo largo de los últimos años la han tocado, manoseado, han posado… Hasta se han envuelto en ella en lugares y momentos históricos. Y han dado forma a imágenes que forman parte del devenir de Ultima Hora y su página web, dando un toque de distinción y cumpliendo con una de las premisas que siempre tuvo como emblema Pere A. Serra: estar junto a los protagonistas allí donde estuviera la noticia.

La bandera protagonista de este relato llegó a nuestras manos hace casi 20 años. Fue en verano de 2004, días antes de hacer las maletas rumbo a los Juegos Olímpicos de Atenas. Qué mejor aderezo para una buena foto que la bandera de Baleares. Y con ella empezó un largo viaje que la ha convertido en testigo directo, pero a la vez mudo, de una porción más que importante de los éxitos de nuestros referentes en diferentes especialidades.

La exgimnasta Elena Gómez, en la Villa Olímpica de Atenas. Foto: F.F.

Ya en Atenas acompañó a Elena Gómez, Joan Llaneras e incluso al único maratoniano de las islas que ha sido olímpico: Toni Peña. Y lo hizo en el emblemático estadio Panathinaikó de la capital griega, donde se ubicaba la meta de la icónica carrera a pie, sobre 42.195 metros, que regresaba a sus orígenes en el marco que acogió en su día los Juegos de 1896, los primeros de la era moderna. Tras la foto, Peña cayó rendido sobre el tartán. Antes, pasó por las manos de un jovencísimo Rafael Nadal y de Carlos Moyà, el día en que ambos debutaron como olímpicos en dobles en aquellos Juegos.

El peregrinar de la bandera le llevó tras ello a acompañar a Jorge Lorenzo en sus títulos mundiales de 250 centímetros cúbicos (2006 y 2007) y el primero de MotoGP, en Malasia aquel octubre de 2010. Entre medias, le tocó pasar por las manos de los medallistas olímpicos en Pekín 2008 (Llaneras, Tauler, Rudy…) y de otros que iban a lograr grandes hitos más adelante, como Alba Torrens o David Muntaner.

Marcus Cooper Walz luce la bandera tras ganar el oro en Río. Foto: F.F.

Desde China, meses después le tocó poner rumbo a Los Ángeles, para estar en el Staples Center el día en que un mallorquín debutó en la NBA: Rudy Fernández. Tras ello, dio suerte a Brigit Yagüe o Marga Crespí en los Juegos de Londres 2012 para lograr sendas medallas y cubrió a Marcus Cooper Walz aquel caluroso día de agosto de 2016, cuando se proclamó campeón olímpico de piragüismo en Río de Janeiro (Brasil). Allí fue exhibida por un trío irrepetible y de bronce: Rudy, Sergio Llull y Álex Abrines, además de ejercer de talismán con todo un finalista de 1.500 metros en atletismo como David Bustos.

Enric Mas, con la bandera en La Vuelta de 2018. Foto: F.Fernández

Dos años después, el viaje fue bastante más corto. Hasta Madrid, donde el ciclista ‘artanenc’ Enric Mas, por entonces en el Quick Step, se convertía en el primer balear en escalar hasta el segundo peldaño del podio de una gran carrera por etapas: La Vuelta de 2018. Un resultado que repetiría en dos ocasiones más, pero para la posteridad quedó la foto con la bandera.

Álex Abrines, Rudy Fernández y Sergio Llull muestran la enseña. Foto: F.Fernández

Superó la pandemia y esta bandera viajera recorrió miles de kilómetros hasta Tokio. En aquellos Juegos, repitió en manos de Marcus Cooper Walz, esta vez plata, y dio forma a una foto buscada: la de una medalla olímpica en vela, como el bronce del menorquín Joan Cardona, en el campo de regatas de Enoshima. Regresando de allí, en un taxi cargado de gallegos y un mallorquín, con tres largas horas de viaje por delante, un fotógrafo (Lavandeira) se interesó por el recorrido de la bandera en cuestión. Y, gracias a él, ahora lo conocen. Porque ella, sin quererlo, también ha quedado retratada para los anales.