Mónica Calzetta, recibida este lunes a su llegada a Son Sant Joan. | P. Pellicer

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Mónica Calzetta es de oro. En otro capítulo para la historia, la ajedrecista ampliaba el pasado fin de semana esa extensa colección de éxitos de la que presume el deporte balear al proclamarse campeona del mundo en categoría Máster 50 en Terrasini, una pequeña localidad italiana situada en la provincia de Palermo. La mallorquina, que aterrizaba este lunes en Palma con el título en su equipaje, reivindica su papel ante la Federación Española y confía en que este éxito sirva para darle una nueva dimensión al ajedrez femenino.

«Es una victoria muy importante porque llega en un momento en el que tienen más repercusión los resultados de las deportistas», recuerda Calzetta, que compite con el club Mallorca Isolani y que estuvo acompañada en Italia por su entrenador y marido, Sergio Estremera. «He tenido otras en el pasado, pero desafortunadamente no tuvieron tanto reconocimiento. Estoy muy feliz».

Calzetta conquistó el mundo después de empezar el certamen con una derrota que le ponía la hazaña cuesta arriba. «No pude empezar lo bien que me hubiera gustado, estaba un poco descentrada», reconoce. «Pero enseguida me puse las pilas porque tenía que luchar todas las partidas siguientes. Y una vez que ya estaba ganando a las primeras del ranking comprendí que estaba más cerca de conseguir el título».

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En ese camino, Calzetta señala un punto de inflexión. «Cuando le gané a la número uno, la israelí Masha Klinova, me alegré mucho porque me quitaba una rival de delante. Pero justo al día siguiente perdí otra partida. A veces, cuando disfrutas mucho de una victoria, dejas de focalizar sobre el torneo. Tras eso volví a centrarme y gané cuatro veces seguidas con bastante energía. Me salieron buenas combinaciones y fueron mis mejores momentos del torneo», cuenta.

Calzetta espera que su oro tenga consecuencias. «Este resultado es muy importante para el auge del ajedrez femenino en el país. Cada vez hay más jugadoras y esto seguro que ayuda, porque aún seguimos siendo pocas», reflexiona. Al mismo tiempo, le gustaría sentirse más arropada por la Federación Española de Ajedrez (FEDA). «Me gustaría tener más apoyo por su parte. Ahora es el campeonato de Europa por equipos y me han apartado cuando tenía el ránking suficiente para participar. Hay unos baremos por ELO y yo estaba entre ellos, pero no me han incluido y todavía no entiendo el motivo. Voy a recurrir al Consejo Superior de Deportes pero creo que no servirá de mucho y me apena. He jugado catorce veces con la selección olímpica y siempre he intentado estar al mejor nivel, tal y como he demostrado en esta competición. Cuando es algo tan matemático no entiendo que me dejen fuera», reclama antes de ir un poco más allá: «Hace falta un cambio en la FEDA, que lleva 25 años con los mismos dirigentes. Se ha hecho en otros deportes y ahora nos toca a nosotros. Que entre gente con nuevas ideas y mejore el mundo del ajedrez en general».

Otra de las cosas que siempre ha lamentado Calzetta es la eliminación de los Campeonatos de españa femeninos: «El problema es que cuando se mezclan categorías diferentes el resultado no siempre es el más justo. Es como decidir el campeonato de España sub’16 en un torneo abierto absoluto con todas las edades. La última ronda es una lotería. No es feminismo, es justicia. Que vaya la mejor representante nacional a las pruebas internacionales. Simplemente».

Reivindicaciones al margen, Calzetta asegura que este título es combustible para el futuro. «He estado todo el verano jugando para mantenerme al máximo nivel y he subido casi 100 puntos. Suelo tener altibajos cuando no estoy del todo motivada y a veces tengo pocas perspectivas de apoyo, pero buscaré otras opciones». Ahora el mundo es suyo.