El círculo se cerró veinte años después. Y con el deporte como nexo de unión de dos personas vinculadas por una relación a miles de kilómetros desde 2004, cuandoTòfol Castanyer y su esposa decidieron adoptar a un niño por entonces, apoyando la labor de la Fundación Vicente Ferrer. El pequeño Akbabashar es hoy un hombre de 27 años, con un trabajo estable como electricista y una vida encauzada. Gracias en buena medida a todos los que han hecho posible cumplir un sueño personal del campeón del mundo de carreras de montaña.
Tras abrazarse y ponerse cara y ojos días atrás en Anantapur, hasta donde ha viajado Castanyer para conocer en primera persona la labor de la Fundacion Vicente Ferrer en aquel rincón de la India, el colofón a un largo e intenso viaje por parte del deportista ha sido la participación en la Anantapur Ultramarathon, dentro de la iniciativa solidaria '1km1vida'. Tras disputarse las pruebas de 5 y 10 kilómetros, los más preparados afrontaron un recorrido de 170 en los que Castanyer se desenvuelve con soltura.
Pero más allá de la prueba deportiva, para Castanyer tenía un enorme simbolismo el poder participar junto a Akbabashar, para quien portó hasta la India un par de zapatillas con las que correr en uno de los relevos realizados a lo largo del extenso recorrido por el equipo que lideraba el balear. La emoción se reflejaba en el rostro de ambos, que dos décadas después pudieron conocerse en un encuentro que sirvió a Tòfol para poner en valor la importancia de su aportación y el reflejo positivo que ha tenido en la vida de su 'ahijado' en la India.
Tòfol y Akbarbasha corrieron juntos, padrino y apadrinado, en una imagen cargada de simbolismo y que refuerza el trabajo de la Fundación Vicente Ferrer, que quedará plasmado y trasladará hasta Mallorca Castanyer de la mano del documental que se está grabando en base en buena medida a la experiencia del corredor de carreras de montaña de Nnormal.
Durante la celebración de la Anantapur Ultramarathon, Tòfol tuvo la oportunidad de departir con Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer, además de con Moncho Ferrer, director de proyectos de la conocida ONG. Unos encuentros que permitieron mostrar por ambas partes el agradecimiento mutuo por la colaboración e implicación mostrada, desde 2004 y hasta cruzar la línea de meta de la prueba. El momento que jamás olvidarán y que, veinte años después, cierra el círculo.
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