Ross Edgley, en un momento de su intentona de récord. | @RossEdgley

TW
0

El récord más duro tendrá que esperar. Porque pocas veces un récord a nivel deportivo puede tener una utilidad para la ciencia. Era el que esta semana pretendía superar el nadador de ultrafondo británico Ross Edgley (Grantham, Reino Unido, 1985). Nada menos que nadar sin parar y en diferentes tandas de 360 kilómetros –unas 223 millas– de punta a punta de la piscina de 50 metros del BEST Centre Sports de la Colònia de Sant Jordi. Ese era es el desafío del deportista, de 38 años y con un largo historial de registros de alto calado a sus espaldas.

Para ello, debía nadar cerca de 19 horas diarias del 19 al 26 de mayo con el fin de rebasar los 358 kilómetros de la marca vigente, bajo la supervisión de World Aquatics y de un equipo técnico que graba y sigue el detalle cada uno de sus pasos. Nadar la mayor distancia en una piscina durante una semana llevará consigo un desgaste de unas 100 mil calorías que repone parando cada mil metros para recuperar con geles, fruta o bebidas energéticas.

Noticias relacionadas

Pero todo se fue al traste a raíz de una lesión que le apartó de este objetivo después de más de tres días nadando sin parar en la piscina de la Colònia de Sant Jordi, punto de encuentro de deportistas de alto nivel internacional.

Trayectoria

Edgley es la única persona que ha rodeado nadando Gran Bretaña –en 158 días– y tiene el récord del recorrido del mítico Lago Ness, entre otros. Empezó su singladura el domingo por la tarde y se planteaba nadar 24 horas seguidas en el cierre del récord. Pero no podrá ser finalmente. El objetivo no era otro que estudiar la capacidad de resistencia del cuerpo ante un esfuerzo de este calibre, unida a sus necesidades de suplementación y alimentación durante el mismo, además de cómo el sistema digestivo respondía a todo ello, contando con el apoyo de PhD Nutrition.

Edgley fue atendido por los médicos al no poder continuar con su afronta, que a buen seguro retomará en un futuro no muy lejano. Después de más de 140 kilómetros, Edgley dijo basta.