Imagen del alto del Coll de Sóller, donde fue visto en varias ocasiones entrenando Jonas Vingegaard el pasado mes de mayo. | F.F.

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Aunque todos dan ya por ganador del Tour de Francia al esloveno Tadej Pogacar, el vencedor moral de la carrera es su vigente y doble campeón, el danés Jonas Vingegaard. Porque nadie, aquel fatal 4 de abril, apostaba por su presencia en la línea de salida de Florencia cuando su pequeño cuerpo yacía malherido e inmóvil en la cuneta, tras sufrir una espectacular caída en un descenso en la Vuelta al País Vasco.

Un fatal bache acabó con buena parte de los favoritos fuera de combate. También se fueron por los suelos el belga Remco Evenepoel y el esloveno Primoz Roglic, pero el peor parado de todos, con diferencia, fue el jefe de filas del Visma Lease a Bike. Las primeras imágenes hacían temer incluso por su posible retirada.

Finalmente, el parte médico era demoledor pero a la vez ciertamente esperanzador: fractura de clavícula y costillas, neumotórax y contusión pulmonar. Cinco días después pasaba por quirófano y doce después del accidente recibía el alta, regresando a su domicilio para recuperarse.

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Días después se le vía ya sobre la bicicleta, pero la sorpresa llegó a mediados de mayo. Una menuda silueta embutida en el inconfundible maillot amarillo y negro del Visma Lease a Bike se dejaba ver por el Coll de Sóller. Más concretamente por un lugar muy de paso para los cicloturistas como es Can Topa. Otros le vieron por el Puig Major o rodando por Lluc, pero la presencia de Jonas Vingegaard en Mallorca, en la recta final del primer pico de la temporada generó enorme expectación.

Tanta, que los aficionados se apostaban en el Coll de Sóller esperando que apareciera el danés. Sin suerte, pues tras estos días de entrenamiento en Mallorca se dirigió a los Alpes junto a los demás corredores preseleccionados para el Tour. Las sensaciones eran buenas y las carreteras de la Isla fueron una buena pista de pruebas, alternando montaña y llano para recuperar la forma.

Y así se presentó Vingegaard en Florencia, defendiendo el amarillo e intentando plantar cara al gran favorito, el reciente ganador del Giro: Pogacar. A falta de una semana para llegar a Niza -este año acaba allí el Tour por la celebración de los Juegos Olímpicos en París-, Jonas es segundo en la general, peleando por esa plaza con Evenepoel y cada vez más lejos de Tadej. Vistió el maillot a topos de líder de la montaña y ha ganado una etapa. Algo que, aquel 4 de abril, hubiera firmado a ciegas.