El ciclista australiano Kaden Groves, del Alpecin, celebra su victoria en la segunda etapa de la Vuelta a España, este domingo entre las localidades de Cascais y Ourem (Portugal). | Javier Lizón

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El australiano Kaden Groves (Alpecin Deceuninck) se llevó el primer esprint de la Vuelta, que puso colofón a la segunda etapa disputada entre las localidades portuguesas de Cascais y Ourem, de 194 kilómetros, donde el segundo puesto y la bonificación pusieron de líder al belga Wout Van Aert (Visma). Por su parte, Enric Mas llegó con el pelotón.

Primera opción para los «guepardos» del pelotón y triunfo de Groves (Gympie, 25 años), el más poderoso por velocidad en la meta de Ourém, donde ganó el pulso a Van Aert y a otro esprinter «aussie», Corbin Strong (Israel Premier Tech). Una llegada con dos españoles en el top 10, Pau Miquel (Kern Pharma), cuarto; y Jon Aberasturi (Euskaltel), séptimo.

Premio para Groves, quien firmó su quinta victoria en la Vuelta, y para Van Aert, quien se quedó con las ganas de levantar los brazos, pero al menos se enfundó la camiseta roja de líder. El fenómeno de Herentals, de 29 años, ya ha sido tercero y segundo, y ahora solo le valdrá rubricar el liderato con un triunfo.

Su equipo perdió a Van Baarle por una caída, pero endulzó la tarde con el maillot rojo. Ahora Van Aert, debutante en la Vuelta, lidera la general con 3 segundos sobre el estadounidense McNulty y 5 respecto al checo Vacek. Entre los favoritos, Roglic es sexto, 2 segundos por delante de Almeida y en torno al medio minuto con Enric Mas, Carlos Rodríguez, Richard Carapaz, Adam Yates y Landa.

La fuga pasó a la historia a 53 km de la meta de Ourém, acumulando aún retraso camino del Alto da Batalha (4a,6.9 km al 3.3 %), cuya cima se encontraba a 19 de Ourém, aldea medieval presidida por un castillo rodeado de calles empedradas. Por el valle se animó el pelotón, abocado a un esprint masivo.

Los velocistas sabían que se trataba de una de las pocas oportunidades que van a tener en esta Vuelta. Coronó el puerto el suizo Kung, líder de la montaña, pero fue el Bora de Roglic el equipo quien elevó el ritmo en los kms de aproximación. A 4 de la última línea estaba fijada la zona de protección.
A partir de ahí, con los hombres de la general a buen recaudo, comenzó la batalla por el primer esprint de la Vuelta 2024. La velocidad, supersónica, a más de 57 por hora. Lucha por la colocación, por el marcaje de la rueda buena, por encontrar el momento de lanzar el ataque definitivo.