Carla Jaume, en la sala de lucha del CTEIB. | Teresa Ayuga

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Nunca España había tenido presencia en la final de un Campeonato del Mundo de lucha. Sí se lograron bronces y un podio olímpico -Maider Unda, bronce en Londres 2012-, pero jamás se presentó la oportunidad de pelear por el oro. Hasta que llegó la gran esperanza, una mallorquina que ya dejó su carta de presentación en el Europeo de Novi Sad (Serbia). Allí se colgó el bronce para explotar definitivamente en Pontevedra.

La ciudad gallega fue escenario del Campeonato del Mundo Sub 20. Un escenario en el que Carla Jaume Soler (Palma, 2004) acabó por consagrarse haciendo lo que nadie había conseguido en la lucha española. Peleó el oro y el título de lucha libre femenina (53 kilos) a la china Zhang, pero se marcó con una plata que le sabe a título a la deportista del programa de tecnificación.

Multicampeona de España, siendo juvenil en categoría absoluta (2023 y 2024), empezó por casualidad asomándose a la parroquia de Verge de Lluc, donde realizaban una actividad extraescolar. «Vi que hacían calentamiento de lucha, me gustó verlo y mi madre le preguntó a Fran (Sánchez, luchador olímpico en Pekín 2008) y probé». Así empezó la andadura de la ahora subcampeona del mundo, que empezó en el Club Sa Formigueta con 11 años, enganchada «por el buen ambiente».

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Carla Jaume muestra sus medallas en el Europeo y el Mundial Sub 20. Foto: Teresa Ayuga

Recuerda que en su primer Campeonato de España -escolar- fue plata, y desde ahí fue madurando y cogiendo gusto a un deporte que es hoy en día su forma de vida. Aunque sabe que, profesionalmente, es difícil vivir en España de la lucha y ya tiene sus miras puestas en su formación para llegar a ser bombero, como algunos de sus familiares. Por ahora, cursa FP de Técnico de Emergencias.

Si su debut nacional fue prometedor, al cruzar la frontera fue diferente. «Fui a unos Juegos Escolares en Budapest y me eliminaron en mi primer combate... pero fue una experiencia bonita, pues es algo parecido a unos pequeños Juegos Olímpicos», refiere Carla Jaume. Porque ese es su objetivo, en un ciclo 2024-28 en el que la opción de pasar a categoría sénior -le quedan tres años de Sub 23- le abre las puertas de pelear por una plaza para Los Ángeles.

«Es mi gran sueño, el objetivo a medio o largo plazo. Incluso soy joven y puedo llegar a 2032 (Brisbane) o 2036, pero queremos intentar llegar a los Preolímpicos de 2028», asegura la pupila de Fran Sánchez, Eusebio Capel y Vicente Lillo, que se entrena seis días a la semana en doble sesión para intentar cumplir metas, por ahora, en su primer año como Sub 23 (2025).

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Carla Jaume, en la sala del CTEIB. Foto: Teresa Ayuga

Es Fran Sánchez su «referente», quien mejor conoce a Carla y quien siempre ha apostado por ella. Y allí estuvo, en Pontevedra, viendo cómo se recogía el trabajo de muchos años. «Es histórico para España, nadie en ningún Mundial había disputado una final y había sido plata. Y allí había gente de todo el país, pero también de Mallorca. Fue emocionante, la verdad...», recuerda emocionada. «Fran me lo ha enseñado todo, él ha hecho el camino para ser olímpico y sabe qué es lo mejor y cómo guiarme», reseña.

Espera que su resultado «ayude a crecer a la lucha en Baleares y en España», recordando la gran tradición existente en las islas, donde quiere seguir los pasos de Sara, Karima o Graciela Sánchez e intentar ser la primera luchadora mallorquina en unos Juegos. «Sabemos que clasificar es difícil, pero vamos a ir dando pasos. Estar allí es lo máximo, un sueño, un objetivo», dice con ilusión Carla, la esperanza de la lucha española.