El ?virus FIFA?, que hace referencia a los problemas que supone a los clubes el desgaste físico de sus jugadores con las selecciones y que se ha hecho evidente en el fútbol profesional, condiciona en buena medida el desafío que lanza el Palma Futsal al Barcelona. Y es que Antonio Vadillo ha perdido esta semana a Mati Rosa, que no volverá a jugar lo que resta de temporada por su grave lesión en la rodilla en el partido Uzbekistán-Argentina, y tampoco puede disponer en el Palau Blaugrana de Carlos Barrón, aislado en su domicilio tras contagiarse de coronavirus en la concentración con España.
Las bajas por lesión y enfermedad no son los únicos contratiempos derivados de los partidos internacionales, ya que tanto Vilela como Hamza y Claudino apenas han tenido tiempo de trabajar con el grupo tras sus largos desplazamientos para defender los colores de Azerbaiyán, Marruecos y Argentina respectivamente. Además, Raúl Campos llega al choque con gran carga de minutos.
Sin embargo, el pulso ante el siempre favorito a ganarlo todo obliga a dejar a un lado las lamentaciones. Medirse a uno de los grandes mitiga las posibles molestias e invita a dar el máximo independientemente de la fatiga o las ausencias.
La profundidad de la plantilla del Palma Futsal también permite minimizar el impacto de dos bajas que en otras circunstancias normales serían un revés insalvable. La llegada de Higor y el rendimiento ofrecido bajo palos por Fabio le proporcionan recambios de garantías a Vadillo, que también ha visto como estos días de tregua en la liga le pemitían acelerar en la adaptación de los nuevos y recuperar a jugadores como Tomaz y Diego Nunes.
Los de Vadillo, que no saben lo que es perder como visitantes en la liga, ya han acreditado su solvencia para encarar envites como el de este mediodía. El Palma Futsal es capaz de tutear a los grandes en general y al Barça en particular tal como demuestra el 4-3 de la primera vuelta, pero sus opciones pasan por sacar a relucir su mejor versión.
Los mallorquines necesitarán rozar la excelencia los 40 minutos para doblegar a un Barça que comenzó mal la campaña liguera tras alzarse con la Copa de Europa, pero que no pierde desde el 13 de noviembre. Las bajas de Lozano, Ferrao y Adolfo comprometen a una escuadra azulgrana que no puede permitirse un tropiezo si quiere dar caza al Palma Futsal.
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