Antonio Vadillo, entrenador del Illes Balears Palma Futsal, en el Palau d'Esports de Son Moix. | Teresa Ayuga

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Antonio Vadillo (Jerez de la Frontera, Cádiz 1977) entrenador del Palma Futsal desde 2017, ha sido uno de los artífices del crecimiento exponencial del club y del equipo, al que ha llevado a las cotas más altas en el fútbol sala europeo y mundial. Le falta un título nacional, hecho que no le preocupa en absoluto dados los éxitos internacionales de los dos últimos años. Vadillo ha vivido su verano más complicado a raíz de una oferta mareante del Benfica que casi le hizo dejar la Isla e irse a Lisboa. Tras la decisión de continuar en Palma, el entrenador jerezano afronta una nueva temporada llena de ilusiones, pero también de dificultades con la marcha del equipo de jugadores como Chaguinha Rómulo, Tayebi, Moslem o Vilian.

—Un nuevo curso y de nuevo medio equipo nuevo.
—Sí, pero cada año es más difícil. Sobre todo en estos últimos cuatro años se están haciendo muchos cambios y los jugadores que acaban contrato no renuevan y otros que hacen buenos años vienen otros clubes y se los llevan, pero bueno...

—¿Hay alguna diferencia este año respecto a los anteriores?
—En otras temporadas se producían estos cambios, pero la base se quedaba y ahora la base es nueva. Salvo Carlos (Barrón) y Rivillos, que lleva dos años en el club y tiene experiencia, el resto es gente joven. El año pasado ya resultó difícil y fue la temporada donde sufrí un mayor desgaste. Estamos compitiendo con clubes con muchos más recursos.

—¿Qué van a aportar al equipo los nuevos jugadores?
—Frescura y juventud, un plus de vitalidad que los más veteranos no tienen en esa medida, pero por contra su experiencia hace que tengan otras cualidades a nivel posicional, en la lectura de los partidos, a saber cuándo te puedes equivocar y cuándo no...

—En un deporte tan eléctrico como el fútbol sala, donde los automatismos son tan importantes, también debe de ser una desventaja el tener tanto jugador nuevo, ¿no?
-En eso vamos bien porque vamos a tener una pretemporada bastante larga. Voy a llegar casi a las 60 sesiones de entrenamiento antes de empezar la Liga con casi toda la plantilla disponible. Sólo faltarán Neguinho y Gordillo (ausentes por el Mundial de Uzbekistán) y serán jugadores fáciles de acoplar porque ya estaban con nosotros. Ahora, en el torneo que jugaremos en Riga los jugadores me darán mucha información y luego tenemos otras dos semanas de entrenamientos.

—Chaguinha era el termómetro del equipo. ¿Quién le sustituirá esta temporada?
—No lo sé. Chaguinha y yo jugamos tres temporadas juntos, luego insistí mucho en su fichaje, tenemos una visión del deporte similar...será diferente encontrar un jugador como él o Mancuso, que era otro jugador con una gran experiencia y con un conocimiento muy profundo del juego.

—¿Habrá algún equipo sorpresa este año o los favoritos son los de siempre?
—El Barcelona está por encima de todos. ElPozo está muy bien, después estaremos Jimbee, Inter, Jaén, Valdepeñas y nosotros. Y de estos equipos uno de ellos fallará como pasa cada temporada. Esperemos que no seamos nosotros. Luego hay que ver a Noia, que me gusta mucho y a ver cómo se comportan los ascendidos Zaragoza y Burela.

—Dos Ligas de Campeones, una Intercontinental. ¿Qué falta para lograr un título nacional?
—Me preocupa cero. Ojalá se gane cada año la Liga de Campeones y la Intercontinental.

—¿Le parece que se valoró más la ‘Champions’ de esta temporada al ganarle al Barça la final?
—La primera, la jugábamos en casa y al no estar el Barça en la Final Four tuvo menos alcance mediático y también se habló de ciertas decisiones arbitrales a nuestro favor...Pero la segunda la jugamos en Armenia, contra los tres mejores equipos y ganamos al Barça en la final.

—¿Cuál le dejó mejor sabor de boca?
—Fueron diferentes. En el momento de ganar la segunda eres consciente de que la hemos liado muy parda porque sólo dos equipos han logrado repetir ‘Champions’ de forma consecutiva y de entrenadores igual. Además, este año tenemos la oportunidad de lograrla por tercera vez. Pero la primera tuvimos que pasar muchas dificultades y veníamos con todo lo sufrido en tandas de penaltis anteriores y ganar la la ‘Champions’ en casa y en los penaltis fue increíble. ¿Elegir entre las dos? Es como si me pregunta si quiero más a papá o a mamá o a cuál de mis dos hijos.

—¿Cómo de cerca ha estado de dejar el club este verano?
—Muy cerca. De hecho me he visto más fuera que dentro. El Benfica no sólo se interesó por mí, sino que llegó ‘a puerta gayola’, me ofreció todo tipo de facilidades en un club con muchos recursos. La aspiración de cualquier deportista o entrenador es estar en un club con las máximas aspiraciones económicas, deportivas y de bienestar. Era un cambio incluso de estatus. Pero luego está el componente familiar, mi amistad con José (Tirado, director general del club) y el sentimiento de pertenencia que tengo a este club y me hizo dudar un poco más hasta que decidí quedarme. Ahora me quedan dos años de contrato, pero sinceramente no sé si los cumpliré porque mis aspiraciones siguen siendo mejorar. Si la situación se repite dentro de seis meses no sé si actuaré de la misma forma, ésa es la realidad.

—¿Cuál fue la reacción de Tirado al conocer la oferta del Benfica?
—Se le apretó el nudo de la corbata (risas), pero él ya lo sabía. El año pasado también hubo una oferta, pero dudé menos. Cuando firmé la renovación él ya me dijo: ‘Bueno, si te vas de aquí será para ir al Benfica, Barça o a la selección’ y ha estado muy cerca de ser verdad. Es difícil que me vaya a un equipo ‘normal’. El orden no lo sé pero me gustaría ser el seleccionador de España y disputar campeonatos de Europa y Mundiales y estar en un club con recursos. Nosotros no somos ni el mejor club del mundo ni yo el mejor entrenador, aunque así hayamos sido elegidos. Ha sido el resultado de estar haciendo las cosas bien, pero es que no estamos ni entre los primeros clubes de España por potencial económico.

—No es nada común que haya una relación tan estrecha entre el director general de un club y el entrenador como la de José Tirado y usted. ¿No pude haber un riesgo de autocomplacencia?
—Los dos dependemos de esto, así que nos evita la comodidad. La experiencia y los resultados nos están demostrando que yo sin José seríamos menos y viceversa. La fuerza de nuestro club es la unión.

—¿Cuál ha sido el jugador que más se ha parecido a usted en cuanto a la forma de jugar?
—Tomaz tenía unas cualidades muy parecidas a las mías.

—¿Cuántas veces ha oído este verano ‘esto es olímpico y el fútbol de sala no’?
—Sí, muchas, es cierto. Nosotros tenemos un handicap importante que es FIFA. No sé si no nos valoran lo suficiente o que no quiere que seamos olímpicos. Somos uno de los deportes que más se practican, damos espectáculo, quien viene por primera vez repite, las audiencias son muy buenas en muchos países...Nos dicen que como pertenecemos al fútbol y el fútbol ya es olímpico, pues no hay sitio para dos, pero el 3x3 también pertenece al baloncesto y ahí están los dos. Incluso le diría que el fútbol sobra en las Olimpiadas porque es que no van los mejores. Otra prueba de que FIFA no nos cuida es que se han llevado el Mundial a Uzbekistán con la dificultad de que las aficiones de las grandes selecciones se desplacen.

— ¿Cómo de importante es la gestión psicológica del jugador?
—Es fundamental. Yo no puedo decirle lo mismo a un soltero que a un casado con hijos. A uno lo tengo que ver en el despacho, a otro le tengo que hablar delante de los compañeros y a otro me lo tengo que llevar fuera y sentarme en un bar con un café y decirle lo que le tenga que decir. No hay que olvidar que los jugadores son personas y cada uno necesita un discurso diferente para sacarle el máximo rendimiento.