Ramis fue expulsado con roja directa en el último minuto del primer tiempo. | Monserrat
El Real Mallorca volvió ayer a sufrir importantes 'daños colaterales' tras firmar un partido en el que fueron de más a menos, con mucho sacrificio y donde los jugadores buscaron reaccionar sin tener acierto. Manzano vio como perdía a dos de sus futbolistas fundamentales en su esquema: Pep Lluís Martí que vio la quinta amarilla e Iván Ramis, que tras ser expulsado tampoco podrá estar ante el Real Valladolid.
El equipo perdió ayer el primer partido en casa y además el entrenador se queda para un encuentro complicado como el de Zorrilla con dos jugadores que gozan de su confianza en el once y que además, cuando están en su mejor momento, aportan mucho al equipo y en esta fase de la temporada, con las dudas que están entrando en el grupo, toda baja es un problema. El equipo de Gregorio Manzano ha perdido fuelle. Perdió fuera de casa contra el colista y el penúltimo y en el último encuentro en Son Moix, el Villarreal falló lo imposible y los baleares sacaron buen provecho de ello. Otro dato que demuestra que el grupo además no se encuentra en su mejor momento, son los números de Aduriz que encadena seis encuentros sin marcar y además continúa siendo uno de los jugadores que habitualmente no terminan los partidos.
Desde los penaltis que falló en Getafe y en Jerez, el futbolista ha ido poco a poco bajando y ayer tuvo dos oportunidades y en ninguna de ellas pudo marcar.
La buena noticia la puede protagonizar Víctor Casadesús, que ha estado a punto de entrar en la lista de convocados esta jornada, pero se ha quedado fuera por llegar demasiado justo. Sin embargo, previsiblemente puede volver al equipo en Valladolid y eso será una de las pocas buenas noticias que puede dar el equipo en estos últimos días. Manzano tiene trabajo por delante y una semana para recomponer el equipo y también la moral del grupo.
1 comentario
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El super Mallorca se desmoronó en la segunda parte y con él la afición, ante la impotencia de las decisiones arbitrales. Está claro que a los equipos grandes no les interesa que haya cámaras en el campo para decidir sobre las jugadas; en este caso; ni dudosas.