Mateu Alemany. | ultimahora.es

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Ha llegado la hora. El día D. Un Martes y Trece que marcará el futuro del Real Mallorca. Más de un año y medio después de adentrarse en la oscuridad del concurso de acreedores -en mayo de 2010- la SAD balear espera firmar hoy un convenio que le permita encontrar la salida del túnel y asomar la cabeza a la superficie. El club confía en sellar el acuerdo y que la trascendental cita de esta mañana, a partir de las 10.00 horas en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma en Sa Gerreria -presidida por la magistrada María Encarnación González- prenda la mecha del nuevo futuro. Y es que, en caso contrario, la entidad se vería abocada a la disolución...

Después de meses y meses de negociaciones, de laboriosas gestiones llevadas a cabo personalmente por el expropietario y expresidente Mateu Alemany Font -que vendió el club al grupo de Serra Ferrer el 29 de junio de 2010-, el club llega al día del examen con los «deberes hechos» y adhesiones más que suficientes -superan con creces los 13 millones de euros, la mitad de los 26 de deuda ordinaria- para aprobar el convenio de acreedores.

No obstante, la particularidad de que cualquier acreedor pueda dar marcha atrás y revocar su adhesión hoy mismo en el juzgado, invita a mantener la guardia hasta el último instante.

En las vísperas, la entidad respira optimismo. El acuerdo con los principales acreedores -la Liga de Fútbol Profesional ha asumido la deuda de casi 5 millones y medio de euros con varios futbolistas que forman o han formado parte de la plantilla y se ha adherido- se ha conseguido y ni siquiera los desmarques de las directivas de Sevilla o Athletic de Bilbao preocupa en exceso a los gestores del club balear. Manzano ni ha contestado...

Alemany, que ha trabajado en silencio para convencer a la mayoría de los acreedores, ha allanado el camino para que la entidad acredite hoy las adhesiones.

Los afectados por los impagos aceptarán una quita del 50 % y una espera para cobrar de un máximo de cinco años.

No hay balón de por medio, pero el Mallorca se juega hoy un partido crucial para su supervivencia.