CORUÑA, 01/11/12. PARTIDO COPA DEL REY, DEPORTIVO - MALLORCA. GIO DEL MALLORCA DISPUTA UN BALON CON RODERICK DEL DEPORTIVO DURANTE EL PARTIDO JUGADO EN EL ESTADIO DE RIAZOR. FOTO: MIGUEL RIOPA | [Miguel Riopa

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Con las arenas movedizas de la clasificación pisándoles los talones, los bolsillos repletos de piedras y la amenaza de su peor marca de derrotas desde que regresó a Primera División en el horizonte, el Mallorca necesita una inyección de moral para reanimarse y frenar su caída. Después de una dura semana, amortiguada el pasado domingo sobre este mismo escenario con un empate en Copa con sabor a clasificación, el grupo de Joaquín Caparrós afronta un nuevo capítulo en la rutina liguera con la obligación de taponar las vías de agua que amenazan con inundar el vestuario en cualquier momento. Visita a un Deportivo resquebrajado, que no alza los brazos desde el capítulo inicial del torneo y que necesita la victoria para asomar la cabeza a la superficie, después de un tramo inicial de curso entre tinieblas. Con esas premisas, el Mallorca afronta el duelo con la intención de pasar páginas de lo sucedido en sus últimas citas, en especial el pasado domingo en casa ante el Real Madrid y abrazar la victoria, o al menos un punto, tras cuatro derrotas consecutivas en el torneo de la regularidad. Y es que desde su triunfo ante el Valencia, allá por finales del mes de septiembre, el Mallorca parece haber encallado y ya divisa por el espero retrovisor las matrículas de sus compañeros en la agonía (16.00 horas, Riazor).Irregularidad

El conjunto isleño lleva ya mucho tiempo anclado en la irregularidad y continúa siendo un bloque muy intermitente. Capaz de igualar el mejor arranque de su historia a de repetir los peores números de su existencia. A su función en Sevilla se unió otra llena de apatía ante el Real Madrid y un arrebato de orgullo ante el Deportivo hace tres días, que no sirvió para aplacar los ánimos pero sí para que algunos suplentes se reivindicaran. No obstante, el Mallorca acumula más de un mes sin celebrar un triunfo y empieza a ver cómo se alejan los rivales que hace apenas unas semanas caminaban bajo sus pies. Un nuevo tropiezo en Riazor acercaría al conjunto gallego al bloque isleño, que se acercaría de forma peligrosa a los suburbios de la tabla con la visita del Barça en la esquina de la próxima semana.

Más allá de nombres o de dibujos, el Mallorca se autoexige regresar a la Isla con algún punto en su equipaje. Sufrir otra derrota sería un varapalo tremendo para un equipo que arrancó el curso con los brazos en alto y que poco a poco comienza a agachar la cabeza.