Miquel Soler, exentrenador del Mallorca B, durante una rueda de prensa. | Redacción Digital

TW
16

Molesto y hastiado por lo que le ha tocado vivir durante una temporada horrible de principio a fin, Miquel Soler se larga del Mallorca dando un portazo. El técnico, que conoció hace unos días que no continuaría al frente del filial, se despedía ayer del club y aprovechaba su último paso por las oficinas de Son Moix para arremetar contra el director del fútbol formativo de la entidad, Toni Prats.

El entrenador, que conoció su salida precisamente a través del responsable de la cantera, asegura que ya le había advertido del desenlace al que se enfrentaba. «Le dije que si la plantilla es deficiente no tiene el nivel que debe tener y podía ser que bajáramos. 'No pasa nada, tú has de formar jugadores para el primer equipo', me decía él. 'Si, pero si el equipo baja me echarás', le respondía yo. 'No hombre, no', insistía Prats. Al final, dos y dos son cuatro».

«Que tengas el poder no significa que tengas la autoridad», se extendía Soler en su valoración sobre el trabajo de Prats. «La autoridad te la ganas. No sé si está capacitado o no, pero si no lo has hecho nunca lo que puedes hacer es aprender».

El Nanu cree que el agujero del Mallorca B se formó a la vez que se iba moldeando el plantel. «Aquí parece que el único culpable he sido yo cuando ha habido claras deficiencias en la confección de la plantilla, que era manifiestamente inferior a la de la temporada pasada y seguramente la de menos nivel de los diez o quince últimos años», subrayaba. «Me ofrecí incluso a que me recortasen dinero de la ficha para que viniera un jugador que marcara diferencias», revelaba el preparador catalán.

Soler también destinó unas frases de su indignado mensaje a Caparrós, con el que nunca estableció una buena sintonía. Sobre todo, por los gestos de cara a la galería del utrerano: «Hubo jugadores que del Juvenil B pasaron a entrenar con el primer equipo. Si aún no han hecho nada para para trabajar con el primer equipo, ¿dónde está la meritocracia? Son futbolistas que, sin merecérselo, ya han jugado en Primera y que puede que no vuelvan a hacerlo nunca más».