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La segunda vuelta ha derivado en un sendero repleto de minas para Gerard Moreno. Encogido desde que dobló la esquina del campeonato, el delantero catalán vive sus semanas más duras como futbolista del Mallorca. Acostumbrado a estar en la primera línea del frente y a presumir de una puntería milimétrica, el futbolista cedido por el Villarreal solo ha encontrado una vez la diana en la última decena de funciones que ha representado. A la sequía, acentuada por sus propios compañeros de ataque, hay que sumarle ahora unos problemas musculares que van a mantenerle lejos del grupo por tercera semana consecutiva. A pesar de los intentos de los servicios médicos por recuperarlo de cara a la final de este domingo, el jugador permanecerá otra semana en la sala de espera y seguirá trabajando en la sombra para intentar llegar a tiempo a la cita contra el Deportivo del próximo domingo de Resurrección. Mientras tanto, Carreras deberá mantener el molde de su ataque y multiplicar su apuesta por Hemed, que todavía anda en busca de su mejor versión, o de Alex Geijo, que sí parece recuperado de las molestias que vetaron su participación en el Anxo Carro de Lugo. En cualquier caso, entre el israelí y el hispano-suizo solo han recopilado un único tanto.

Los recortes que han sufrido las cifras de Gerard también han afectado al rendimiento global de un Mallorca que echa demasiado en falta sus goles y toda la frescura que expuso en la primera mitad del torneo. El atacante, autor de diez goles en ese tramo, solo se quedó sin intervenir en dos encuentros (Girona y Las Palmas) pero no faltó a ninguna convocatoria. Sin embargo, todo ha ido a menos a partir de entonces.

Laminado por la salida de Víctor Casadesús, su socio principal, Gerard no ha visto puerta desde el 26 de enero, cuando emergió para cuadrar una estupenda jugada colectiva que selló el empate en Murcia. A partir de ahí, el ariete ha topado una y otra vez con las paredes levantadas por las defensas contrarias y sus estadísticas se congelaron, primero por la carencoa de pólvora y luego por una incómoda lesión. La misma que le volverá a dejar en tierra mientras el Mallorca se asoma a un encuentro básico para su futuro.