Dos errores defensivos han sentenciado al Mallorca. | M. À. Cañellas

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Mallorca 0 – 2 Leganés

Mallorca: Cabrero; Company, Kasim (Javi Ros, min. 46), Agus (Truyol, min. 46), Gulan; Joselu (Assulin, min.69), Joao Víctor, Yuste, Pereira; Marco Asensio; Xisco.

Leganés: Dani Barrio; Beltrán, Santamaría, Mantovani, Postigo; Javi Eraso (Velasco, min. 83), Erik Morán, Diamanka; Eizmendi (Soriano, min. 89), Chuli, Diego Aguirre (Rabello, min. 75).

Goles: 0-1, min. 14: Diego Aguirre; 0-2, min. 26: Chuli.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Company, Yuste, Pereira, Assulin, del Mallorca; a Santamaría, Diamanka, del Leganés.

Tercera derrota consecutiva del Mallorca. Los bermellones han sucumbido en un pobre partido en cuanto a juego ante un Leganés que, sin mucho hacer, ha conseguido imponerse por dos goles a cero. Dos errores en defensa han propiciado los tantos, que no han encontrado réplica en los jugadores de Valeri Karpin.

Los refuerzos del mercado de invierno saltaban al terreno de juego juntos por primera vez, pero han sido los centrales quienes han protagonizado las jugadas más destacadas del Mallorca. Empezaba el partido con ambos equipos muy metidos en el encuentro, con una ocasión de Joselu a los pocos minutos y una gran parada de Cabrero en respuesta a la ocasión del conjunto bermellón.

Pero al cuarto de hora del comienzo del partido llegaba la primera tragedia. La jugada comenzó con una pérdida de balón de Yuste en mediocampo, y continuó con un error en defensa de Agus, lo que permitió que Aguirre rematará desde el segundo palo un centro desde la banda.

Sin reacción, los minutos pasaban hasta que, en el 24, era un error de Kasim el que permitía que Chuli saliera a la carrera para batir a Cabrero en un uno contra uno. Abatidos los jugadores de Karpin, los visitantes se sentían cómodos con el resultado y la falta de peligro de los locales, una dinámica que continuó hasta el descanso.

Tras la reanudación, el técnico bermellón optó por cambiara los dos centrales y dar salida a Javi Ros y Truyols. Eso, sumado a un envite mayor de los jugadores, permitió pensar por un momento en que se daría la vuelta al partido, pero poco a poco se diluyó el juego local, y se entró en un juego conformista para ambos equipos con lo que se llegó al final del partido.

Si bien algunos aficionados abandonaron el estadio antes de que terminara el partido, de los que quedaron fueron muchos los que pitaron a los jugadores.