El norteamericano Robert Sarver, máximo accionista del Mallorca, en la sala de prensa de Son Moix. | Joan Torres

TW
10

El Mallorca celebró este lunes la junta general de accionistas más plácida de su historia. El club balear cumplió con un simple formalismo que ya había anticipado hace un mes y aprobó, en una jornada habitual y durante otro día en la oficina, los tres puntos principales incluidos en el orden del día: el nombramiento de un nuevo consejero (Graeme Le Saux), el aumento de capital y la consecuente modificación de los artículos 5 y 6 de los estatutos sociales y la autorización para ejecutar los acuerdos adoptados y para proceder a su inscripción registral.

Noticias relacionadas

En pleno extásis deportivo, con el equipo líder y a una galaxia del resto de la liga, el Mallorca cerró otro importante capítulo más allá de los límites del terreno de juego. Robert Sarver ha vuelto a llenar la caja de Son Moix y la SAD se ha quitado de encima uno de sus mayores dolores de cabeza. Porque una vez aprobada la ampliación de capital, de unos 10 millones de euros, estaba capacitada para afrontar el último pago del concurso a los acreedores ordinarios, que rondaba los 6 millones de euros, y lo resolvió la semana pasada. A partir de ahora, solo faltarán por satisfacer los compromisos con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, para los que el club dispone de unos plazos algo más dilatados en el calendario de pagos previsto en su momento (aproximadamente, unos cinco años más). De hecho, algunos de los acreedores, como el Athletic, ya comunicaron la semana pasada que el Mallorca había abonado la totalidad de la deuda que tenía pendiente tras la quita del 50% derivada. En ese caso concreto, por el traspaso de Aritz Aduriz.

Todos esos trámites, previstos en la convocatoria anunciada el pasado 5 de octubre, quedaron resueltos este lunes sin la necesidad de que los accionistas se reunieran. Con todo despejado desde hace semanas, únicamente quedaba darle oficialidad al asunto. Algo para lo que el consejero delegado de la entidad, Maheta Molango, disponía de poderes.