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Durante las negociaciones (¿?) por el traspaso a la Fiorentina de Tòfol Montiel, el Mallorca no movió un dedo por mantener un porcentaje de los derechos del futbolista, por el que ha ingresado 2 millones de euros.

La actitud de los ejecutivos del club balear, básicamente, puede obedecer a dos circunstancias: Montiel no tiene proyección o el Mallorca necesita dinero. En esta tesitura, el viaje a USA de los dos principales ejecutivos del club —Maheta Molango y Javier Recio— parece haber adquirido una trascendencia especial.

Tras una larga temporada en Segunda B, es de dominio público que la SAD balear volverá a cerrar el ejercicio con pérdidas, un detalle que obligará a la propiedad a tener que volver a rascarse el bolsillo y activar una tercera ampliación de capital... O traspasar a Joan Sastre, el principal activo de una plantilla sobrepoblada.

Estratégicamente, el cónclave de Arizona es crucial para el futuro más inmediato del Mallorca, que salvo un giro radical, encarará su retorno a Segunda con toneladas de ilusión y escaso de dinero...