Lago Junior espera el balón ante la presión de Juan Cala, durante el partido de la primera vuelta disputado en el estadio de Son Moix. | Miquel Àngel Borràs

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Desde la cresta de esa montaña rusa por la que circula, el Real Mallorca asume un reto múltiple en Las Palmas. Metido de lleno en la subasta por el playoff, el conjunto de Vicente Moreno debe echar abajo varias paredes a la vez si quiere conservar sus privilegios y mantenerse subido a la locomotora de los aspirantes. Acostumbrados a flaquear a domicilio durante los últimos meses, los baleares encaran a un rival que, pese a permanecer fuera de su ecosistema habitual, es uno de los tres únicos equipos de la liga que todavía no ha agachado la cabeza en su campo. Un adversario vitaminado por la llegada de un nuevo entrenador y con muy pocas balas en el cargador que obligará a los bermellones a recuperar su versión si quieren traerse algún punto en el equipaje de vuelta (Estadio Gran Canaria, LaLiga 123 TV, 20.00 horas).

El Mallorca regresa a Canarias sin deudas y con una sonrisa desafiante. La victoria sobre el Oviedo y la onda expansiva que provocaron el resto de resultados de la jornada anterior han dejado al equipo cómodamente alojado en la sala de espera de la promoción, con la verja de la sexta posición al alcance de la mano. Sin embargo, la feroz competencia que se ha desatado en esas plantas superiores apenas le deja escapatorias a los costados y le obliga a mantener el paso. Empezando por hoy, en el salón de un rival directo que quiere aprovechar el último resquicio que le ofrece la liga.

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Vicente Moreno, que ha desplazado a diecinueve futbolistas a Las Palmas, recupera para la causa a Marc Pedraza —se perdió el partido contra el Oviedo por sanción— y seguramente también para el triángulo del centro del campo, en el que el catalán intentará encharcar la sala de máquinas del conjunto local en compañía de Dani Rodríguez y Salva Sevilla. Si elige ese camino, es bastante probable que el técnico mallorquinista opte por sus dos futbolistas más habituales en las orillas, Lago Junior y Aridai —inédito la semana pasada—, con Ante Budimir afilando el ataque. Eso supondría la vuelta al banquillo de Álex López, que había acompañado al croata en la cita anterior tras muchas semanas esperando su ocasión. Moreno también ha incluido en su selección del fin de semana a Abdón Prats, que volvió a tener minutos en el cruce anterior. Los que no superaron el corte del técnico, además de los lesionados Stojiljkovic y Buenacasa, son Salva Ruiz, Pablo Valcarce, Russo y el portero Leandro Montagud.

Si para el Mallorca el partido es importante para Las Palmas es directamente una final. La segunda consecutiva que afronta la escuadra amarilla, que tiene la tierra prometida a seis puntos y a los baleares, a cuatro. Pepe Mel, que resucitó a los suyos en Riazor, se estrena en casa y sabe que tiene prohibido fallar.

Mel solo ha introducido una novedad en su convocatoria con la inclusión de Rafa Mir en lugar del argentino Sergio Araujo, que cayó lesionado en A Coruña y estará de baja dos meses. En cualquier caso, el entrenador madrileño apuntó ayer que tiene la duda de alinear al jugador de ascendencia mallorquina junto a Rubén Castro o situar a Maikel Mesa en el puesto de enganche para ampliar el horizonte canario y tratar de anular al Mallorca.