Kike Márquez, del Extremadura, bate a Manolo Reina, portero del Real Mallorca, durante el partido de la primera vuelta disputado en Son Moix. | MIQUEL A.CAÑELLAS

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El Real Mallorca rellenará en Almendralejo el último formulario de acceso al playoff. Con el billete comprado desde hace unos días y todo orientado hacia ese segundo ciclo de la competición, la única duda que le falta por aclarar al equipo de Vicente Moreno es la posición desde la que abrocha la liga, un factor clave para definir su punto de partido en la promoción. Lo hará ante un Extremadura UD que viene de echarle un cable ganando en el Carranza y en un partido especial y cargado de emociones en el que el conjunto azulgrana homenajeará a José Antonio Reyes, fallecido hace una semana en un accidente de tráfico (Francisco de la Hera, LaLiga 123 TV, 20.30 horas).

Para el Mallorca se trata del trámite definitivo antes de meterse en la boca el gran caramelo que se ha ido ganando durante la campaña. Los resultados del martes fueron suficientes para sellar su ingreso en un terreno que hasta esta temporada ni siquiera había atravesado y tendrá este fin de semana para recuperar algo de aliento y tomar carrerilla. Con el tercer y el cuarto puesto a una altura inalcanzable, el cuadro bermellón se juega ser quinto o sexto. O lo es que es lo mismo: las fechas en las que escenificará la primera eliminatoria, el nombre de su oponente y los 400.000 euros de diferencia que hay entre una posición y la otra (el quinto percibe de LaLiga 1,8 millones y el sexto, 1,4 millones). Además, las cuentas son claras. Para ser quinto le basta con puntuar esta noche o con que el Deportivo de Pep Lluís Martí no se imponga en Riazor al descendido Córdoba.

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A pesar de esos premios que todavía habrá en juego, el técnico bermellón no quiere meter peso en el portaequipajes del grupo y el viernes dejó en tierra a la mayoría de los pesos pesados. Reina, Raíllo, Salva Sevilla, Lago Junior, Aridai o Budimir, además del sancionado Pervis Estupiñán. De esta forma, su once se edificará sobre futbolistas de la segunda unidad. Todo ello en un escenario que el Mallorca no visita desde hace más de dos décadas. La última vez que lo hizo —con Héctor Cúper en el banquillo isleño y Rafa Benítez en el del Extremadura— el conjunto local aplicó su ley gracias a un tanto de Toni Velamazán (1-0, enero de 1999).

Para el Extremadura será uno de los partidos más especiales de su historia reciente. El partido, que debía ser una fiesta para que el club y su afición celebraran la permanencia en la temporada de su regreso a la categoría de plata, será el primero que acoja en su estadio después del trágico fallecimiento de Reyes, que perdió la vida el sábado pasado cuando regresaba a su localidad natal tras el entrenamiento. Los jugadores lucirán la tercera equipación para la próxima temporada, de color negro, de luto, para recordar a su compañero y la afición azulgrana se volcará para rendir tributo a la memoria del utrerano.