Karim Benzema, junto a Marcelo y otros jugadores del Madrid, ha regresado en un gran momento de forma. Quiere el Pichichi. | VINCENT WEST

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No suele ser nunca un buen momento para enfrentarse al Real Madrid, pero en estos instantes el Mallorca se ve en la necesidad de tapar todas las vías de agua y acudir el miércoles a Valdebebas con la idea de plantar cara al líder de la clasificación.


Si hace apenas una semana era el Barça el primero de la fila al que debía enfrentarse el Mallorca, ahora es el conjunto blanco el equipo que defenderá su posición en la cima de la clasificación. Otro problema. Porque además de la calidad del conjunto de Zidane, en estos momentos hay que unir la necesidad que tienen de defender el liderato y consolidar la posición por encima del once azulgrana.

Cuesta arriba

Se hace cuesta arriba pensar cuál es la mejor fórmula para administrar los esfuerzos de la plantilla. ¿Hay que salir con todo o evitar cargar las piernas de los futbolistas con más talento? La zona baja se aprieta y la final es ante el Celta el próximo martes día 30, pero también existe la necesidad de llegar bien posicionado a ese partido. No todo son cruces y rayas en la pizarra en este final de curso y el Mallorca más justo de los últimos años en Primera se ha instalado ahora en un laberinto de difícil salida.

Un punto de los últimos nueve posibles y una mala entrada a la competición tras la pandemia obligan ahora a exprimir al máximo a los pocos más de once jugadores con los que confía Vicente Moreno.

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Las rotaciones y los cambios son obligados para repartir esfuerzos, pero también hay que tratar de competir al máximo y hay futbolistas cuyo nivel está muy por debajo de la categoría en la que militan. El laberinto en el que se encuentra el entrenador es terrible y ahora, cuando todo está en juego, es cuando más salen a relucir los complejos de una planificación que hubiera firmado el peor enemigo del Mallorca. Ni el aviso de Pendín en pretemporada ni la refrenda de Moreno días después fueron suficiente aviso para el exconsejero delegado del club Maheta Molango, que hizo las funciones de CEO y director deportivo y armó un equipo que si en verano no cubría las expectativas, ahora cuando todos los rivales se juegan algo sufre mucho más que cuando la temporada empezó a girar. Valdebebas, San Mames y de nuevo en Palma para jugar ante el Celta.

Desfondar a los Raíllo, Valjent, Salva Sevilla, Baba, Dani Rodríguez, Cucho, Budimir, Kubo, Pozo y en menor medida Lago, que ha perdido la titularidad puede que sea contraproducente. Pero es que la distancia de esa línea con la segunda es abismal y tampoco se trata de ir por ahí poniendo las cosas fáciles a los rivales. Hay que encontrar el equilibrio y hacerlo mucho mejor que hasta ahora ante el Barcelona, Villarreal y Leganés. El Madrid pondrá a prueba otra vez la fiabilidad de un proyecto que necesita de un triunfo vital para no diluirse como un azucarillo.

Protesta por los horarios

El Real Madrid realizó este domingo una protesta formal a LaLiga tras hacerse oficiales los horarios de la trigésima tercera y trigésima cuarta jornada de Liga, sin cumplirse la separación mínima de 72 horas entre partidos acordada con los futbolistas para el regreso del fútbol tras el parón por la pandemia de la COVID-19.

Si ir más lejos algo que ha sufrido y sufre también el Mallorca. El equipo blanco espera ahora una rectificación por parte de Javier Tebas.