Los jugadores celebran un gol ante el Zaragoza. | Miquel Àngel Borràs

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Después de 41 intensas jornadas, de ocho meses de competición, Espanyol (82 puntos) y Mallorca (81) estirarán su pulso particular hasta el último día. Con el objetivo del ascenso ya archivado en la maleta y diseñando el futuro, ambos equipos afrontan la línea de meta del campeonato con el título de campeón como la guinda al pastel. Como el broche de oro perfecto para culminar una temporada extraordinaria. Para el club balear, además, supondría culminar el año por la puerta grande y con un alirón que jamás ha cantado bajo el actual formato de Segunda División.

Los de Vicente Moreno tienen el campeonato en su mano. De hecho, una victoria en Alcorcón, que se juega la salvación, le daría el título sin importarle el resultado del Mallorca en El Toralín ante la Ponferradina. Para que los de Luis García Plaza le arrebaten ese título en la última jornada, solo les vale ganar y que su rival no lo haga. Ni siquiera le bastaría el empate aunque los periquitos doblaran la rodilla porque, en ese caso, el empate a puntos beneficiaría al Espanyol al tener el golaverage favorable.

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El Mallorca de los récords persigue un logro jamás conseguido. Porque el equipo balear subió en dos ocasiones de forma directa a la máxima categoría como campeón, aunque en ambos casos fue cuando el segundo peldaño del fútbol nacional estaba formado por dos grupos. La temporada 1959-60 ascendió siendo el mejor del Grupo Sur e hizo lo propio en el ejercicio 1964-65.

Ahora, 56 años después, los bermellones tienen la oportunidad de volver a coronarse en la categoría de plata y hacerlo por primera vez con el formato actual. En el caso de producirse sería su segundo título en apenas tres años tras el de campeón de Segunda B que conquistó en la campaña 2017-18... con Vicente Moreno en el banquillo.
Para la cita de Ponferrada, Luis García Plaza ya avisó que apostaría por el grueso de futbolistas que menos minutos han disputado a lo largo del curso. Incluso hará debutar bajo los palos a Koke Vegas, que recaló en el vestuario en el mercado de invierno y que se estrenará en El Toralín con la camiseta bermellona. También dispondrán de minutos jugadores como Trajkovski, Febas, Mollejo, Murilo o Marc Cardona, que apenas han gozado de oportunidades a lo largo del curso.