Cuarenta y un partidos después, el Mallorca cierra la cremallera de una temporada casi perfecta. Un ejercicio lleno de buenos momentos que puede acabar siendo redondo del todo si el equipo de Luis García Plaza se ciñe esta noche la corona de la Segunda División. Es el más difícil todavía para un grupo que tras el ascenso continúa desatado y que para reinar por primera vez en su historia bajo el formato actual necesita ganar a la Ponferradina y que el Espanyol no lo haga en Alcorcón (El Toralín, Movistar LaLiga, 21.00 horas).
Lo que podría haber sido un cierre de campaña insulso y descolorido se ha convertido en un gran baile de final de carrera para el Mallorca, que desde que formalizó su inscripción en la próxima Primera División ha ido encontrando otros caramelos por el camino. En este caso, va tener otros noventa minutos para recoger unos cuantos más. Además de optar a un campeonato que premiaría su trayectoria y le daría una capa de barniz a sus números, el equipo bermellón oposita a mandar en otros apartados en los que ha ido marcando diferencias con el paso de las jornadas. Para empezar, puede ser el mejor visitante de la categoría e igualar las once victorias que consiguió vistiendo el traje de forastero en la temporada 1995-96.
Además, todavía está a tiempo de fotocopiar los 42 puntos de la primera vuelta —llegaría a 84 una de las mejores marcas históricas de la división de plata— e, incluso, de ser el mejor equipo de este segundo ciclo de la competición, un reconocimiento que de momento le corresponde el Girona (40 puntos almacenan los catalanes desde enero, 39 los isleños). El último incentivo para el Mallorca es acabar el curso como la formación menos goleada, una meta que cruzará si mantiene la portería sellada en El Bierzo.
De cara a ese último desafío, Luis García Plaza se lo confiará a Koke Vegas. El portero malagueño llegó a finales de enero cedido por el Levante y tras apoyar desde el banquillo durante los últimos meses recibirá el premio a su trabajo en la sombra sumando a las estadísticas su primer partido oficial con el Mallorca.
Mezcla
De la portería hacia adelante el entrenador bermellón presentará «un mix» de titulares y futbolistas menos habituales para bajar la persiana. No podrá contar, eso sí, con Salva Sevilla, sancionado por acumulación de amonestaciones, ni con los internacionales Trajkovski, Baba y Lago Junior. En cualquier caso, sí que podrá alinear sin ningún riesgo a todos los futbolistas que tiene apercibidos, ya que según explicó ayer el propio técnico esas posibles sanciones no se tendrían en cuenta a principios de la temporada que viene, ya sobre la pasarela de la Primera División.
Despojada de preocupaciones, la Ponferradina también quiere cerrar de la mejor manera posible una buena temporada. En su caso, una octava posición que alcanzaría con un simple empate. El entrenador de los bercianos, Joan Pérez Bolo, también ha apelado a la ambición de sus futbolistas para aspirar a esa plaza en la que han fijado su objetivo y superar el regusto amargo de las dos últimas derrotas contra el Espanyol y el Sabadell.
El portero de los blanquiazules será Gazzaniga, que podría despedirse. Los otros cambios del equipo seguramente vendrán motivados por los regresos de Iván Rodríguez y Erik Morán. El que no podrá jugar es Pablo Valcarce, cedido por el Mallorca.
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Lo que más me gusta es el centro del campo, con Galarreta y Febas, dos buenos y creativos mediocampistas. En cuanto a los tres de delante... ojalá me hagan cambiar mi opinión.