Luis García Plaza durante un partido de la presente temporada. | Efe

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Luis García Plaza comienza a coleccionar registros como entrenador del Real Mallorca. El triunfo del pasado sábado en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid, al que solo había derrotado en una ocasión en su feudo en lo que llevamos de siglo, ha permitido inscribir su nombre en la lista de equipos que han ganado allí por primera vez... al conjunto colchonero porque el grupo balear ya salió a hombros de ese mismo escenario hace un par de campañas cuando se impuso al Rayo Majadahonda. Pero el Wanda no es el único recinto que ha conquistado LGP a los mandos del Mallorca.

De hecho, en la temporada y media que acumula en la isla, el técnico madrileño se está especializando en derribar mitos y romper maldiciones. Su pluma táctica también firmó la primera victoria en la historia bermellona en otros escenarios que, hasta su llegada, se habían convertido en territorios inexplorados. Lugo, Alcorcón y Almería, tres estadios malditos en la historia de la SAD balear, fueron conquistados por Luis García Plaza, que también alzó los brazos en Girona, donde el Mallorca no ganaba desde 1939.

Los números del preparador mallorquinista a domicilio están repletos de alegrías. De hecho, la pasada temporada llegó a encadenar quince partidos consecutivos como visitante sin doblar la rodilla. Llegaron esas históricas victorias en feudos inaccesibles (0-1 en Lugo, Girona y Almería y 0-2 en Alcorcón) y otros triunfos de mérito en Cartagena, Leganés, Vallecas o Albacete, donde el equipo solo había ganado en aquella promoción de ascenso con Jaume Bauçà en el banquillo y que resultó estéril.

Racha

También cumplió el trámite copero en Guijuelo y puso su firma en Cartagena o Logroño antes de llegar el primer desplazamiento sin facturar puntos. Fue a mediados de marzo en El Molinón ante el Sporting. En términos globales, las estadísticas muestran a un equipo ambicioso. Con Luis García Plaza el Mallorca se ha embolsado 49 de los 93 puntos (31 partidos) a domicilio gracias a esos trece triunfos, diez empates y ocho derrotas -la mitad de ellas en lo que llevamos de temporada en Primera División-, un promedio difícil de igualar. Para poner un ejemplo, Vicente Moreno dirigió más del doble de partidos como visitante y apenas logró dos victorias más fuera (15) con el añadido de militar una campaña en Segunda División B...

Después de aquella derrota en tierras asturianas, al equipo le costó volver a coger el hilo como visitante. Enganchó seis salidas sin ganar, con dos empates y cuatro derrotas, hasta que regresó a la senda de la victoria a lo grande, con un triunfo en el Heliodoro Rodríguez López aquel 19 de mayo, al día siguiente de lograr el ansiado ascenso a Primera División desde el hall del hotel de concentración de Tenerife y por televisión.

Solventado el ansiado retorno a la nobleza con 82 puntos (la mayor puntuación de toda su historia) y con las últimas tres jornadas de trámite -otro hecho sin precedentes- el Mallorca de LGP también golpeó a domicilio en su primer desplazamiento del curso. Fue en Vitoria ante el Deportivo Alavés y gracias a un gol de Fer Niño que rubricaba un inicio para el optimismo. La racha, sin embargo, se cortó de golpe. T

res derrotas consecutivas (San Mamés, Bernabéu y Reale Arena) y dos polémicos empates en Mestalla y Cádiz, provocaron las dudas en un Mallorca que había perdido fiabilidad a domicilio. La derrota y sobre todo la imagen de Vallecas abrieron todavía más incógnitas. Pero el Mallorca escogió el mejor día posible, quizás el más inesperado, para resurgir de sus propias cenizas, levantarse y dar un golpe encima de la mesa.

La victoria en el Wanda Metropolitano ha supuesto un triunfo terapéutico para un grupo que presenta los mejores números a estas alturas del curso de sus últimas travesía por la máxima categoría. Suma ya 19 puntos -hace dos años, con Moreno, cruzó el ecuador del campeonato con 15- y afronta los tres últimos capítulos de la primera vuelta (el Celta este viernes; en Granada el domingo 19 y el Barcelona en Son Moix el 2 de enero) con la esperanza de superar la cota 20 y consolidarse en la zona tranquila. Luis García Plaza, el rey de la variante, ya piensa en las siguientes muescas que añadirá a su revolver.