Ángel, uno de los máximos goleadores del Mallorca en la Liga junto a Dani Rodríguez y Salva Sevilla (tres dianas), celebra el segundo tanto del partido contra el Athletic en Son Moix. | M.A. BORRÀS

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Sin faro en ataque durante muchos meses, el Real Mallorca ha acabado haciendo del gol una responsabilidad colectiva. El de Luis García Plaza es el tercer equipo de Primera División que menos marca (22 tantos en 23 partidos), pero también uno de los que mejor reparten la pólvora entre la plantilla. Bajo el techo del vestuario bermellón conviven hasta 13 goleadores distintos, unas cifras que solo igualan Sevilla y Osasuna y que solo superan los dos gigantes, Real Madrid y Barcelona.

Lejos de ser redondos, los números del Mallorca reflejan lo efectiva que ha resultado su propuesta hasta el momento. Cuenta con tres máximos realizadores, Ángel, Dani Rodríguez y Salva Sevilla, pero cada uno de ellos solo suma tres dianas. Y fuera de esa terna, solo Fer Niño ha repetido gracias a los dos tantos que acuñó en la primera parte de la temporada. El resto, hasta nueve jugadores diferentes, se han sumado de manera puntual a las tareas anotadoras y hasta ahora solo han marcado una vez: Take Kubo, Brian Oliván, Maffeo, Baba, Russo, Abdón, Kang In Lee, Antonio Sánchez y Muriqi, que acaba de ponerse a la cola tras incorporarse al grupo a través de la última ventana de fichajes. Por encima del conjunto isleño solo está el Barça, que reúne a 18 goleadores distintos entre sus filas, y el líder del campeonato, un Real Madrid que cuenta con una quincena de anotadores.

El del Mallorca es un caso único en la mitad inferior de la Liga, donde el gol, además de escasear, está concentrado en una serie de especialistas muy concretos. El Elche y el Getafe, sin ir más lejos, tienen ocho y nueve goleadores distintos. Aunque el ejemplo más claro está en el bloque del Deportivo Alavés, donde solo han marcado cinco de sus futbolistas y uno de ellos lo acapara casi todo: Joselu (12). Loum (2), Laguardia (2), Luis Rioja (1) y Pere Pons (1). Con el tema ofensivo en vías de solución, sobre todo tras los ajustes del mercado de invierno, el Mallorca también está obligado ahora a cerrar el grifo en su propia área, donde ya se nota el regreso de Antonio Raíllo. Solo tras las paredes de Son Moix, el equipo balear ha recibido 25 goles en contra en once desplazamientos.