Javier y Toni tomaron un Leganés que estaba muerto deportivamente hablando. Era colista, a cuatro puntos del descenso y sin futuro. Por el camino perdió a En-Nesyri, traspasado al Sevilla después de Navidad, también a Braithwaite, que fichó por el Barcelona en febrero. Un desastre y tremendo revés para cualquier entrenador. No así para Aguirre. No así para Amor. Ambos decidieron que debían tirar con lo que tenían, dieron confianza a los que se quedaban y a partir de ahí empezaron a sumar puntos. Tantos como trece en las últimas nueve jornadas de la temporada 19/20. Al final acabaron con 36, no se salvaron por un gol, quedaron (2-2) en el Bernabéu, pero lo más importante es que llegaron vivos al final cuando quien más quien menos ya estaba visitando la tumba. Fue casi un milagro.
La recta final
Para plasmar una situación más o menos similar a la actual, de los últimos nueve partidos del Leganés ese año con Aguirre y Amor a los mandos, el equipo perdió solo dos encuentros, empató cuatro y ganó tres. Las victorias fueron ante Espanyol, Athletic Club y Valencia, mientras que en la última jornada, ante el Madrid, empataron a dos. Fue un encuentro donde Jovic cometió penalti al tocar el balón con el brazo, uno de esos penaltis modernos que justo ese día y ese momento no se señaló.
Sin embargo, la reacción se había consumado y el Leganés, con todo en contra, se mantuvo con pulso hasta el final. Ahora de nuevo los dos entrenadores vuelven a tener que activar al grupo en una fase de la temporada donde no hay excesivo tiempo para una revolución, entre otras cosas porque los mimbres son los mismos que los que tuvo en su momento Luis García. Existe un mal terrible en el equipo que el anterior entrenador no pudo detener y que terminó sentenciándolo. Aguirre y Amor tienen ahora que poner freno a la sangría de goles en contra que entierra al equipo partido tras partido. No es fácil. Existe la opción de jugar con tres centrales y dos laterales con recorrido y cubrir algo mejor el espacio de la propia área.
Fiabilidad
Sin embargo, ahí juega un papel clave la fiabilidad de los defensas. Y estos están muy limitados. Valjent y Raíllo —este último baja en Getafe por tarjetas— mediatiza ya el plan inicial porque la diferencia entre ellos dos y Russo y Sedlar es enorme. No hay que engañarse. Sin embargo, hay que meter mano a la zona defensiva porque toda posibilidad de crecer durante los partidos empieza por ahí. A modo de referencia, en los últimos nueve encuentros de Aguirre y Amor al frente del Leganés el año del descenso, el equipo madrileño mantuvo la portería a cero en un total de seis partidos, circunstancia que le valió para tomar impulso al final. Ahora más que nunca necesita el Mallorca hallar un sistema por el cual el portero que juegue —está por ver si será Rico— tiene que permitir no encajar goles.
Apartir de ahí el sistema debe adaptarse a los jugadores con los que cuenta actualmente. Todo hace indicar que Aguirre evitará improvisar y será la hora de los veteranos porque en un partido esporádico algún joven te puede sacar del atolladero, pero las categorías dependen en gran parte del carácter y experiencia del batallón principal. Y ese es el que tiene que dar un paso adelante en una situación de máximo riesgo como la actual. El choque ante el Getafe se lo pierde además del central cordobés, el lateral Jaume Costa, al margen de saber cómo van a regresar los internacionales. Si antes no había margen de error ni espacio para perder puntos, ahora mucho menos toda vez que el equipo está ya en zona de descenso. El factor motivacional no corre peligro ya que Javier Aguirre es un entrenador con esa capacidad sobrada para cambiar estados de ánimo. A partir de ahí restará variar también la cara futbolística del equipo y reconducir la situación.
El apunte
Las últimas nueve finales
6 comentarios
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Este Sr. Aguirre nos salva!
Lo mejor dentro de toda esta tormenta es que dependemos de nosotros mismos. Por supuesto que se puede lograr el objetivo!!!
mihogo mihogoHombre, tanto como hablar de milagros me parece un poco exagerado. Lo único que ha de hacer el Mallorca para salvarse es sacarle 1 punto al Cádiz, no perder más de 4 frente al Alavés (si no pierde en Palma con él) y no perder más de 6 frente al Levante. No es una performance tan gloriosa, que digamos. Pero sería suficiente. Hay que poner manos a la obra para conseguirlo. Sin necesidad de milagros. Con trabajo y entusiasmo.
Alguien cree en milagros ? yo no
Ganar y volver a ganar , por lo civil o por lo criminal , dando igual el rival . Corriendo y presionando más que ellos . Sin miramientos . Este es el nuevo Mallorca . Con más bemoles que nadie . Andele Vasco !!!