Imagen de Alfonso Díaz, CEO de Negocio del Real Mallorca. | Pere Bota

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El jueves todos los clubes de LaLiga se reunirán en una asamblea extraordinaria para analizar las consecuencias de la nueva Ley del Deporte, valorarlas y tomar una decisión acerca de posibles acciones conjuntas. El Mallorca, a través de su CEO de Negocio, Alfonso Díaz, será uno de los que participen en la reunión y uno de los que luchen en bloque para que se acaben aceptando las enmiendas propuestas al texto legal. En el caso contrario, no se descarta una posible convocatoria de huelga a corto plazo.

¿Se va a parar el fútbol español para defender su postura con respecto a la nueva Ley del Deporte?
—Antes de llegar a ese punto tenemos que plantearnos qué está ocurriendo. Estamos hablando de que el proyecto de la Ley del Deporte, sin las enmiendas que hemos solicitado desde la Liga la inmensa mayoría de los clubes, está poniendo en serio riesgo la supervivencia de los clubes y de la propia Liga a corto, medio y largo plazo. Es una situación muy comprometida y el tema del parón está sobre la mesa.

¿Cuál es la postura concreta del Mallorca en esa dirección?
—Somos partidarios. El próximo jueves tenemos una asamblea en la que se hablará de todo este problema, pero por supuesto estaremos al lado de lo que se decida por mayoría.

¿Cómo afectaría la reforma a los clubes y a la propia competición en sí?
—Si las enmiendas que se han solicitado no se aprueban, este proyecto de Ley del Deporte sería como volver al pasado más oscuro que hemos vivido y a las situaciones complicadas por las que pasaba el fútbol hace siete u ocho años. Se ha logrado que todos los clubes y la Liga estemos dónde estamos hoy en día y que hayamos dejado atrás cosas como los concursos de acreedores, de los que desgraciadamente somos un ejemplo. Gracias a ese decreto de 2015 los clubes están saneados. No podemos volver atrás. Este proyecto de Ley puede llevarnos a eso. Y luego está el riesgo de la Superliga. Dañaría a la competición doméstica y podría afectar a las cifras en las que se mueve el fútbol profesional y a las graves pérdidas que puede generar. Lo hemos evaluado y hablamos de 9.000 millones en los próximos diez años y unas pérdidas de 100.000 puestos de trabajo, cuando ahora estamos generando unos 185.000, tanto directos como indirectos. Y podríamos hablar de unos 2.100 millones de reducción en la recaudación fiscal, que es lo que la Liga y todo el sector está aportando. Si hablamos de futuro, hablamos de este proyecto de crecimiento que tenemos gracias al acuerdo que se ha alcanzado con CVC, que también se pone en riesgo. Si esta capacidad para explotar los derechos comerciales se cuestiona también lo hace el acuerdo que está permitiendo que crezcamos todos los clubes. En nuestro caso estamos invirtiendo en infraestructuras, en la remodelación del estadio o de la ciudad deportiva. Es una situación complicada, de riesgo, y necesitamos el apoyo de todos los grupos políticos para que se nos escuche y se tengan en cuenta esas enmiendas que se han propuesto.

Cambiando de asunto, ¿cómo está el tema de la reforma del estadio de Son Moix?
—Estamos pendientes de empezar la fase dos, que es la que implica tener todo el fondo norte del estadio completamente acabado. Y necesitamos tener la licencia lo antes posible. Es un punto de vista diferente en la interpretación de la norma y estamos trabajando en ello para poder iniciarlo cuanto antes, que es lo que queremos todos. Es un tema que Cort está revisando a nivel técnico y estamos esperando, aunque les hemos dicho que, por favor, necesitamos comenzar lo antes posible para estar en plazo.

¿Cree que está cerca la solución del Lluís Sitjar?
—La realidad de los terrenos del Lluís Sitjar es que, después de 23 años hay una oferta y una opción real de arreglar un problema que lleva demasiado tiempo enquistado. Ni Palma ni sus ciudadanos se merecen tener un espacio de casi 50.000 metros cuadrados parado y un descampado que puede ser utilizado para la ciudad, que es el propósito final. Sentimos la necesidad de resolver el problema y hay una oferta que creemos que es aceptable. Ya hay unos 240 títulos que ya están a disposición del notario para la venta efectiva. Hay que llegar al 60% y esperamos que el resto de copropietarios también entiendan que es el momento de dar un paso adelante, de cerrar puertas y de mirar hacia el futuro, además de ayudar al mallorquinismo. Porque lo que recibiéramos sería para la remodelación del estadio y para la ciudad y un espacio verde, que es lo que quiere el ayuntamiento.

¿Qué pasará si no se llega a ese 60% exigido?
—Volveremos a la situación de hace 23 años. Y no tiene sentido. Lo hemos dicho por activa y por pasiva: es el momento de solucionarlo y es responsabilidad de todos que esto salga adelante.

¿Ha definido ya el club lo que hará el primer equipo durante el parón del Mundial? ¿Se ha descartado la posibilidad de jugar un torneo en el extranjero?
—Nosotros teníamos la opción de ir con la Liga y con algún club más a Estados Unidos y al final, por diferentes circunstancias ajenas a nosotros, no ha salido. Trabajamos para hacer una pretemporada similar a la que se hace en verano, con algún stage y algún amistoso. Ya veremos si salimos algunos días o si nos quedamos en Palma.

La semana pasada se reabrió la polémica arbitral tras el partido contra la Real Sociedad en Anoeta. ¿El Mallorca ha tomado alguna medida en ese sentido?
—Nosotros lo que hacemos es trabajar de la manera más profesional posible. Vamos a aquellas personas o entidades que toman las decisiones cuando creemos que algo no es correcto y trabajamos internamente. Es nuestro día a día, otra cosa es que sea más o menos visible. No estamos parados y cuando tenemos que movernos y hablar, lo hacemos. No solo con los árbitros, sino en general. El hecho de no hacer comunicados no significa que no nos estemos moviendo o defendiendo los intereses del club.

¿El club se siente maltratado por algunas de las decisiones arbitrales?
—Hay decisiones que son más acertadas que otras y sabemos cómo funciona esto y la dificultad que supone arbitrar. Hay situaciones que caen de un lado o de otro y el otro día ya vimos lo que ocurrió. No se tendría que haber dado y creemos que el gol fue legal, pero hay que seguir trabajando y pensar lo bien que lo hacemos deportivamente.

¿Cómo valora la trayectoria del equipo desde el punto de vista futbolístico?
—Estamos muy convencidos de que se están haciendo las cosas bien. Tenemos una identidad y hay un compromiso total por parte de todo el grupo. Sabemos a lo que jugamos y la estabilidad y el equilibrio están ahí. Somos un equipo muy solvente, muy serio y defensivamente de diez. Así, los resultados llegan.