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El Mallorca no jugó su peor partido fuera de casa, pero acabó con una derrota más (1-0). Este domingo, el verdugo fue el Betis, que endosó la sexta derrota consecutiva al equipo de Javier Aguirre lejos de Son Moix. Y el equipo solo ha perforado en una oportunidad la portería rival. El Mallorca suma así un punto de los últimos doce disputados y totaliza cuatro partidos sin ganar. La dinámica es pésima, pero el descenso continúa lejos, muy lejos. Seis puntos es un colchón suficiente para que no se enciendan todas las alarmas, aunque hay razones más que suficientes para preocuparse. El equipo ha dicho adiós a su imagen más preocupante, a la caricatura de equipo que perdió en Sevilla o Cádiz, pero debe mejorar para no vivir angustiado el tramo final.

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El conjunto sevillano se hizo con el control del esférico desde el inicio, aunque el Mallorca se defendía con orden y no pasaba por grandes apuros. Pudo marcar Miranda, pero el equipo de Aguirre, que buscaba el contragolpe, se aproximó también con peligro al área rival. Los minutos fueron pasando, pero se llegó al descanso con un esperanzador empate sin goles.

La segunda mitad no pudo comenzar peor, puesto que un disparo de Sabaly fue desviado por Borja Iglesias, que inauguró así el marcador. Aguirre buscó soluciones y no tardó en dar entrada a Agustinsson, Kadewere y Antonio Sánchez. El técnico, de esta manera, continuaba con cinco defensas. Faltaban solo 20 minutos para el final cuando Amath suplió a Maffeo y el equipo dio un paso adelante pasando a jugar con cuatro hombres atrás. El Mallorca intentaba reaccionar, pero el gol continuaba sin llegar. Faltaba poco menos de un cuarto de hora cuando el técnico dio entrada a Prats, pero en sustitución de Muriqi. Nada cambió, avanzó el cronómetro y se llegó al final con mínimo triunfo verdiblanco. l