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El Mallorca se pasó el partido tumbado en el sofá ante un Almería que se fajó con el cuchillo entre los dientes. El resultado de la abismal diferencia de mentalidad entre un equipo de vacaciones y un rival necesitado se tradujo en una goleada -pudieron ser más- y en la rueda de prensa más dura de Javier Aguirre en toda la temporada. El entrenador mexicano entonó el mea culpa por no haber sabido transmitir a sus pupilos la importancia de los puntos en juego y, sobre todo, de mostrar una cara digna. El Mallorca fue derrotado por incomparecencia ante un enemigo que agradeció la molicie balear para dar un paso de gigante en sus aspiraciones de salvación.

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La primera aparición de Kang In Lee solo ante el portero y su forma de resolver -escorado y con su pierna mala- resume la falta de atención de un Mallorca que salió desenchufado al césped y que fue atropellado por su rival. Dicen que la necesidad es la fuente de la inspiración, que ofreces tu mejor versión cuando el agua comienza a llegarte al cuello. Este sábado no hubo ni necesidad ni inspiración. El Mallorca se dejó llevar para sufrir una de sus derrotas más justas del curso.

Quedan tres capítulos para cerrar el libro del curso y el Mallorca debe agarrarse a incentivos individuales para no bajar los brazos y manchar una temporada inmaculada. Es responsabilidad de Aguirre mentalizar a sus jugadores.