Los exmallorquinista Vicente Moreno, nuevo entrenador del Almería, y Luis García Plaza, técnico del Alavés, se saludan antes de un partido. | CARLOS GIL-ROIG

TW
0

El Real Mallorca descansa antes de una temporada de reencuentros. El fichaje de Vicente Moreno por el Almería —se hacía oficial a última hora del sábado— y el ascenso del Deportivo Alavés, que coloca la última pieza en el mosaico de la Primera División 2023-24, podrían enfrentar dentro de unos meses al conjunto balear a su pasado más reciente. Dependerá de la continuidad en el banquillo babazorro de Luis García Plaza, que solo unos segundos después de devolver a los vascos a la máxima categoría, entre lágrimas, le enviaba un cariñoso mensaje de agradecimiento a la afición bermellona.

Luis García Plaza llegó a Vitoria el verano pasado y aunque firmó con el único objetivo del ascenso sobre la mesa, su compromiso era para una única temporada. El final feliz, aunque agónico —el Alavés subía en el Ciutat de Valéncia gracias a un penalti señalado por el VAR y transformado por Asier Villabre en el minuto 128—, debería garantizar su continuidad. El cuadro albiazul ha pasado todo el curso en la parte alta de la clasificación y llegó a la última jornada con opciones de ascenso directo, pero un empate en Las Palmas le obligó a tomar la ruta alternativa del playoff, en la que antes de enfrentarse al Levante dejó en la cuneta al Eibar.

Si continúa a los mandos del Alavés, Luis García Plaza se cruzará por primera vez con el Mallorca desde que abandonó el club en marzo de 2022 tras una serie de malos resultados que amenazaban con el descenso. Se fue, eso sí, con el cariño y la admiración del mallorquinismo, que le ha estado apoyando desde la distancia desde que fichó por Alavés, donde ha tenido a sus órdenes a otro mito bermellón como Salva Sevilla y al serbio Aleksandar Sedlar.

Noticias relacionadas

«Tengo que alegrarme por toda la afición del Deportivo Alavés, porque ha sido un año increíble para mí con ellos. Lo siento mucho por el Levante, porque lo quiero mucho y me duele esta situación», decía Luis García nada más subir a Primera. «Y tengo que acordarme de mucha gente que durante el año nos ha apoyado y ha estado. Incluso toda la afición del Mallorca, me han llenado de mensajes los aficionados del Mallorca», añadía con la voz entrecortada y visiblemente emocionado.

En el caso de Vicente Moreno, no será la primera vez que se vuelva topar con el Mallorca en el mismo pasillo. Autor de aquel doble ascenso que entre 2018 y 2019 llevó al equipo rojinegro de Segunda B a Primera División, el técnico de Massanassa dejó una huella importante en Palma, pero la afición nunca le perdonó su marcha tras el descenso de 2020 ni, por supuesto, su fichaje por el Espanyol, con el que mantenía una acalorada rivalidad en aquellos tiempos. Tampoco las formas en las que se despidió de aquel vivido hasta poco antes. Desde entonces se ha enfrentado en cinco ocasiones al cuadro isleño entre Liga y Copa del Rey, tres de ellas en Son Moix. La igualdad ha sido máximo: dos victorias, dos derrotas, un empate.

Moreno, que desde su salida del Espanyol entrenaba al Al-Shabad, de la Liga Profesional Saudí, donde también cuajó un magnífico trabajo, llega ahora a Almería acompañado de sus colaboradores habituales, su segundo, Dani Pendín, y el preparador físico Dani Pastor.