Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, discute con el colegiado del partido. | ALBERT GEA

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Javier Aguirre no ocultaba su satisfacción por el partido realizado por su equipo. «Me voy contento con el encuentro que hemos hecho y creo que una victoria hubiera sido demasiado ante un equipo que juega muy bien a fútbol. Le hemos hecho dos goles a un gran equipo y este empate nos devuelve a nuestra identidad». El preparador mexicano había echado en falta un mayor juego en corto por parte de su conjunto. «Tenemos jugadores con un muy buen pie pero nos faltaba la confianza para dar ese primer pase de seguridad y muchas veces preferíamos darla en largo para que corriera Muriqi. Está bien echarse atrás ante un equipo que te somete y exige tanto como el Barcelona, pero debemos jugar más con el balón y en este partido hemos jugado un poco más».

Aguirre confesó que «estoy mejor que ayer (por el lunes), pero lo que me gusta mucho es que el vestuario salga reforzado. Con este punto nos quitamos la basura de la cabeza y somos conscientes de que si luchamos podemos hacer las cosas muy bien».

Respecto a los cambios realizados en relación al encuentro en Girona, el entrenador los achacó «a que hay tres partidos en una semana. La mala noticia es que perdemos a Maffeo, aunque también hemos recuperado a otros jugadores».

Respecto a Abdón Prats, Aguirre destacó que «conmigo ha jugado más que con cualquier otro entrenador y está marcando siete de los ocho goles que ha marcado en Primera». Sobre Antonio Sánchez volvió a recordar que «no le dije que no contaba con él, pero sí que iba a tener más difícil jugar. Le aconsejé que se quitara el ‘10’ de la espalda y a partir de ahí se tranquilizó y está trabajando muy bien. Quizás fui un poco injusto con él», reconoció. Aguirre admitió que se fijó mucho en los encuentros del Barcelona contra el Celta y Getafe.

En cuanto a la jugada polémica de Yamine Lamal explicó que «vi la reacción de la gente en el marcador gigante y vi que no era penalti. Luego he visto la imagen y es un ‘penaltito’. Hay un contacto, pero no creo que sea suficiente para pitar penalti».

El entrenador del Real Mallorca matizó que «hablé mucho pero discutí poco, sólo un minuto. Yo vi la tarjeta amarilla porque le dije al árbitro que no amenazara a mi jugador y además estaba fuera del área técnica. El árbitro me dijo que mi jugador había escondido el balón detrás de un fotógrafo y me dijo que se lo había reprochado y yo lo tomé como una amenaza».