Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, este viernes en Son Bibiloni. | Carlos Román

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Javier Aguirre reconoce que el parón le ha sentado bien. El fin de semana sin fútbol ha servido al entrenador del Real Mallorca para salir de la rutina y «verlo todo desde otra óptica». El mexicano, que este sábado tratará de acabar con la mala racha que persigue al conjunto balear en Anoeta (veinte años sin ganar y once derrotas consecutivas entre Liga y Copa), insiste en que su equipo «puede y debe jugar mejor» y en que aunque los ocho puntos que suma parecen pocos, las cuentas están ajustadas: «Seguramente tenemos lo que nos merecemos».

Aguirre, que viaja a San Sebastián con las bajas de Raíllo, Maffeo y Darder, no se muestra tajante cuando se le pregunta por una posible vuelta a la defensa de cinco, pero deja entrever que es una opción que tiene sobre la mesa. «Se ha trabajado y estamos preparados para hacerlo de las dos formas. Podemos hacerlo sin ningún tipo de riesgo», explica mientras admite que la ausencia de Darder no condicionará ese planteamiento. A su vez, destaca que esos tres jugadores con los que ahora no puede contar están acortando mucho los plazos para su vuelta. «Maffeo y Raíllo son cabras locas, es difícil detenerlos. Hoy Antonio ya se puso las botas. Acortan plazos de manera exagerada. Raíllo estará un mes antes y Maffeo, dos semanas. Van muy bien. No sé cuando volverán exactamente, pero hacen un trabajo personal muy importante. Los tres van a estar antes de lo que decía el diagnóstico», asegura.

Sobre la Real Sociedad, Javier Aguirre no ahorra en elogios. «Juega muy bien al fútbol, en todas las facetas. Es un ejemplo a seguir y ojalá algún día podamos jugar con esa verticalidad. Me encanta Imanol Alguacil, cómo maneja el grupo, su compromiso... Es un equipo en toda la extensión de la palabra. Un equipo admirable», apunta.

El técnico mallorquinista espera que su equipo le ponga las cosas complicadas a la Real Sociedad, tal y como hizo la temporada pasada a pesar de las derrotas, y resalta uno de sus mayores dolores de cabeza: los bloqueos a balón parado. «Lo hemos repasado en vídeo. No queremos que se repitan goles de esa manera», avisa.