El Real Mallorca, campeón de la Copa del Rey juvenil

El conjunto bermellón, que en las semifinales había pasado por encima del Badalona, empataba a cero frente al conjunto espanyolista y tras una prórroga en la que se mantenía el empate inicial, terminaba imponiendo sus argumentos en una tanda de penaltis sin fallos por parte de sus lanzadores y en la que volvía a brillar el guardameta Joan Pol.

Con ambos equipos apostando por los mismos onces iniciales de las semifinales, a excepción de la obligada entrada de Axel en el Mallorca en detrimento del sancionado Jan Salas, la igualdad protagonizó la final desde el primer minuto

La primera parte transcurrió sin ocasiones claras para ninguno de los dos conjuntos, siendo un disparo de Carles desde la frontal y un par de centros de Hinojo desde la izquierda los mejores acercamientos de Mallorca y Espanyol, respectivamente.

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Tras el descanso, y con las entradas de Leo Salazar y Torondel en el Espanyol, el Mallorca se apuntó la primera ocasión clara de la final: Woiski recibió dentro del área, se giró y el disparo ajustado lo sacó Llorenç con una parada espectacular.

La respuesta del Espanyol llegó diez minutos después y con Leo Salazar como protagonista, que, tras recibir un pase interior dentro del área, recortó al portero del Mallorca Joan Pol y fue Gabi el que llegó para evitar en el último instante el disparo del jugador del Espanyol a puerta vacía.

Con la final en la prórroga, el partido se animó y hubo ocasiones para ambos equipos: el Mallorca pudo marcar primero por medio de Alarcón, pero el Espanyol apretó al final y tuvo el título en sus manos con un disparo de Torondel al palo y dos llegadas que Sciancalepore no aprovechó.

En la tanda de penaltis, ambos equipos estaban acertados hasta que José Ángel López se encontró con el larguero y, en el definitivo, Joan Pol le paró el penalti a Sciancalepore y de esa forma el Mallorca se proclamó campeón de la Copa del Rey juvenil por primera vez en su historia.