El delantero canadiense del Mallorca, Cyle Larin, conversa con el colegiado Arberola Rojas. | C.C.

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Costó, que se sepa, 7,5 millones, tiene una ficha que supera los quinientos mil euros por temporada y contrato hasta 2028. Es Cyle Larin, un futbolista que ha marcado tres goles en Liga este pasado curso y que además ha mediatizado en muchos partidos la alineación de Javier Aguirre esta temporada. Además de llegar pasado de forma y de peso cuando fichó por el Mallorca. Sin duda el canadiense es uno de los grandes y más sonados fracasos del director deportivo Pablo Ortells, responsable de una planificación en la que la falta de equilibrio fue clave para llegar con el agua al cuello a final de campaña.

Por unos jugadores que no llegaron a venir hiló muy fino, pero en cambio por otros echó la casa por la ventana. Es el caso del delantero, que ahora ocupa un espacio y un lugar en el primer equipo que en condiciones normales debería dejar a un atacante mucho más letal y sobre todo más decisivo en el área.

Recuperar la inversión será imposible y su valor de mercado ha caído en picado durante esta pasada campaña. A partir de ahí no quedará más remedio que confiar en que algún club pueda caer en la trampa que en su día cayeron los miembros de la dirección deportiva, además de Ortells, Sergio Marty como director de gestión deportiva y Sergio Moya, secretario técnico.

Todos los equipos que en su día estaban en la puja de Larin se retiraron prudentemente y finalmente el Mallorca se fue a los casi ocho millones para un futbolista que ha jugado por delante de Abdón durante muchos partidos por el simple hecho de que costó muchísimos millones.

Error de bulto

Orteslls y su equipo ya cometieron un error de bulto con el fichaje de Matthew Hoppe, que también costó la nada despreciable cifra de 3,5 millones de euros firmándolo hasta 2025. Finalmente el Mallorca logró venderlo al Middlesbrough por el mismo precio y dar carpetazo a otra operación que ya se veía a años luz que no iba a funcionar.

Pero ahora, ¿quién puede pagar por Larin? Posiblemente no quedará más remedio que quedárselo y esperar que este verano venga en mejor forma y no pasado de peso y empiece desde el minuto uno a marcar la diferencia y sobre todo a marcar goles. Durante este curso ha demostrado que tiene una zancada poderosa, capacidad para bregarse con cualquier defensa y a su vez pelear por balones difíciles, pero le ha faltado lo más importante: el gol. Un jugador que costó casi ocho millones de euros y que es delantero se le exige algo más que varios momentos de lucha intermitente.

Línea atacante

La línea atacante por lo tanto está muy mediatizada por la presencia de Larin, que en caso de abandonar el club y dejar algo de dinero en caja permitiría plantearse la posibilidad de acudir al mercado. Al menos dejar de pagarle su ficha hasta 2028 ya supondría algo en favor de las arcas del club bermellón.

Esta temporada el gran déficit que ha sufrido el equipo ha estado precisamente en la zona delantera, donde ha costado mucho meter goles, pero además también hay que valorar el nulo juego de bandas que ha exhibido el equipo principalmente porque no ha contado con extremos, otro de los lastres que ha sufrido Aguirre durante esta temporada.

A partir de ahí la necesidad de dotar al equipo de mayor pólvora por las bandas es una exigencia innegociable para el nuevo Mallorca de Jagoba Arrasate. El técnico, que todavía no ha sido presentado ni tampoco el club ha comunicado oficialmente su fichaje, confía en encontrarse una plantilla remozada para la primera semana de julio cuando el equipo inicie la pretemporada en un año donde hay que afrontar Liga, Copa y Supercopa de España.