Pablo Maffeo, uno de los jugadores del Mallorca cuyo futuro no está del todo claro, celebra el último gol de la temporada del conjunto bermellón en el Coliseum de Getafe.

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Como casi cada verano, la plantilla del Real Mallorca está en obras. Aún no hay cascos sobre las vallas ni rastros de escombros por los alrededores de Son Moix, pero en los despachos, a diferencia de lo que sucede en el terreno de juego, no hay tiempo para vacaciones. El club afronta el cambio de curso con la necesidad de reformar el equipo y de momento, dos semanas después de que cayera el telón de la Liga, la mayoría de maniobras han sido en la sombra.

Lo único seguro a estas alturas es que habrá relevo en el banquillo después de la marcha de Javier Aguirre y que ni Jaume Costa ni Nemanja Radonjic seguirán formando parte del plantel bermellón. El nuevo entrenador, salvo giro radical de última hora será Jagoba Arrasate, aunque el club continúa sin pronunciarse. Una falta de definición casi única en la parrilla actual de Primera División que también impide, entre otras cosas, que se conozcan las fechas del inicio de una pretemporada que debería ponerse en marcha más o menos dentro de un mes.

Sea como sea, al Mallorca se le amontonan las necesidades. Precisa de una ampliación de los muros de la defensa, de una capa de pintura en el centro del campo y de otros arreglos en ataque, donde quedan grietas a la vista. Reduciendo el círculo, las principales urgencias están en las orillas. Solo hay un lateral en el perfil izquierdo y más allá de Javi Llabrés, con un protagonismo muy limitado en la campaña anterior, no habitan extremos dentro del vestuario. Hacia esa dirección apuntan precisamente los primeros nombres que han salido a flote en el mercado. Como el de Johan Mojica, carrilero colombiano que es propiedad del Villarreal y que viene de jugar a préstamo en Osasuna y cuyo fichaje se encuentra avanzado.

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Al margen de las entradas también hay salidas que agilizar, pero también es cierto que en ese sentido parece que el club dispone de algo más de margen. Un problema potencial es la situación de Pablo Maffeo, que ha expresado más de una vez su deseo de salir del Mallorca este verano. Y en su caso, el club espera hacer algo de caja pese a que acaba de poner fin a su temporada más gris desde que llegó en 2021 procedente del Stuttgart. Tiene dos años más de contrato y una buena posición en el mercado. Su nombre ya ha sido vinculado al Oporto.

No muy lejos de Maffeo está Antonio Raíllo. El central cordobés es el pilar principal de la caseta. El líder natural de la plantilla. Sin embargo, nunca ha cerrado del todo la puerta a un cambio de aires y el pasado verano una oferta del Cagliari ya generó cierta incertidumbre. El interés del Betis podría provocar más nerviosismo.

La posibilidad más clara de ingresos a través de un traspaso está en la portería. Ahora mismo, el Mallorca dispone de tres guardametas de gran nivel como Predrag Rajkovic, Dominik Greif y Leo Román, que aún debe apurar la temporada disputando el playoff de ascenso con el Oviedo. La salida más lógica sería la del serbio, citado con su país para la Eurocopa.

Por último, el Mallorca también debe decidir sobre los otros tres jugadores que acaban su relacción con el club: Iván Cuéllar, Matija Nastasic y Nacho Vidal. El portero podría seguir en el mismo rol que hasta ahora y el lateral cedido por Osasuna, pese a su despedida en redes, aún no está descartado.