Takuma Asano bate al portero del Bolonia en el Ciutat de Palma. | Francisco Ubilla

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Empieza una nueva temporada de La Liga EA Sports. El balón vuelve a rodar por los campos españoles en su edición número 94, una de las mejores ligas europeas abre el telón esta tarde en San Mamés en un partido entre el Athletic Club y el Getafe. El Real Mallorca, por su parte, saldrá al escenario ante el Real Madrid en Son Moix, lo que supondrá la segunda mejor racha del club bermellón en la máxima categoría después de aquellos maravillosos 16 años que vistieron las vitrinas de gloria al conjunto mallorquinista.

Esta temporada destaca por el cambio de rumbo que pretende dar la directiva del club con la llegada de Jagoba Arrasate al banquillo. Tras dos años y medio con Javier Aguirre como máximo responsable de lo que sucedía en el terreno de juego, la propiedad quiso dar un paso al frente con la consecución de llegar a disputar la final de Copa del Rey. Con la llegada del técnico vasco, se pretende dar un cambio de estilo a la manera de entender el fútbol en Son Moix y soñar con alcanzar cotas más altas.

Para ello, Pablo Ortells le ha traído dos piezas expresamente exigidas por el entrenador. Takuma Asano y Johan Mojica son dos futbolistas que habitan las bandas y que dotarán de la profundidad que carecía el equipo la temporada pasada. También ha llegado Mateu Morey, que vivirá un año de transición para poder adaptarse al ritmo de la máxima categoría. Sin embargo, la dirección deportiva sigue trabajando para que lleguen más piezas que eleven el corto techo competitivo que tiene ahora mismo la plantilla. A día de hoy, las carencias son más que evidentes y la solución está en acudir al mercado para solucionarlo. La salida de Nastasic y Gio exigen la presencia de un futbolista más que pueda actuar como central. Con el dinero que han dejado en las arcas el uruguayo y Rajkovic, Ortells tiene algo más de dos semanas para satisfacer las necesidades del equipo.

Además, Arrasate es un fiel creyente del fútbol de cantera y ya ha dejado caer en varias ocasiones que Jan Salas y Marc Domenech pueden ser importantes a lo largo del año. El de Berriatua tendrá el reto de adaptar su fútbol a las características de sus futbolistas y un aliciente interesante a mitad del camino: la Supercopa de España. Torneo qué, precisamente, jugará con el mismo rival con la que abre su 32ª temporada tuteando a los mejores equipos del país. El Real Madrid de los galácticos capitaneado por Kylian Mbappé es el primer escollo que tendrá que superar el Mallorca en este nuevo curso. Son Moix se vestirá de gala para recibir a su equipo ante el vigente campeón liguero y de Europa.

Estrellas

En un mercado austero en líneas generales, el club presidido por Florentino Pérez ha vuelto a ser uno de los agitadores principales con el fichaje de Mbappé. Sin pagar un céntimo al PSG, el club blanco se hizo con una de las piezas más codiciadas del mundo para completar su constelación particular con nombres como Bellingham, Vinicius o Arda Guler.

A su vez, su vecino más cercano también ha decidido dar un paso al frente. El Atlético de Madrid quiere dejar de ser el tercero en discordia y para ello está realizando un mercado lleno de incorporaciones de nivel. Le Normand, Sorloth y Julián Álvarez son nombres propios para intentar recuperar el cetro nacional.

En el lado opuesto está el FC Barcelona que sigue peleándose con el límite salarial y tan sólo ha podido incorporar a Dani Olmo en su búsqueda incesante de referentes para optar, de nuevo, a ser campeón. Con Hansi Flick inicia un proyecto lleno de dudas y que se cimenta en Lamine Yamal. Otro de los nombres propios será el Girona de Michel. La sensación de la temporada pasada tendrá un reto mayúsculo tras la salida de sus mejores hombres y tendrá que compaginar la competición doméstica con la Champions League. Palabras mayores para un club como el catalán.

En el segundo escalón volverán a aparecer los habituales. Villarreal, Real Sociedad, Real Betis y alguna sorpresa lucharán para coger un asiento en Europa para la próxima temporada. Entre ellos, Sevilla, Celta, Osasuna o el propio Mallorca intentarán dar la campanada y luchar por algo más que la salvación. Una permanencia en la que los recién llegados como Espanyol, Leganés o Valladolid ansían conseguir. Con sudor los tres ascendidos quieren demostrar que su lugar es la Primera División.