En el emotivo acto de homenaje, se recordó que las Baleares son la tercera comunidad autónoma con más representantes en la delegación después de Madrid y Cataluña. «21 deportistas que nos llenan de orgullo con cada paso que dan y elevando el nombre de nuestra tierra hasta lo más alto» afirmó Prohens en su discurso. También insistió en que con las tres medallas conseguidas en la capital francesa, elevan a la tercera decena el total de metales alcanzados en la historia de las islas. «Ya son 30 medallas que se han llevado al cuello nuestros deportistas en todas las ediciones de los juegos y es un orgullo para todos», comentó al afirmar también que es la edición con más participantes de la historia, entre que también se consiguieron 12 diplomas olímpicos.
La política subrayó en varias ocasiones que el orgullo es independiente del resultado que consiguieron en la competición. «Estamos orgullosos de absolutamente todos, estar en París ya es una victoria para todos. Todo el trabajo que hay detrás hacen que llegar a estas cotas sea algo indescriptible», mencionó.
También tuvo palabras para las futbolistas Cata Coll, Patri Guijarro y Mariona Caldentey que rozaron la medalla tras perder ante Alemania en la lucha por el bronce. «Somos las lágrimas de Cata, la pasión de Mariona también la tristeza de Alba Torrens, la valentía de Mavi García, somos el nombre de Rudy, somos la llama olímpica en manos de Rafa Nadal. Somos todas y cada una de las imágenes que quedarán en la memoria colectiva y en la historia de Baleares», explicó emocionado Prohens.
A su vez, quiso remarcar la trayectoria impoluta de uno de los deportistas más representativos de
Mallorca. «Rudy Fernández es un referente histórico para el olimpismo. En París ha escrito su nombre en oro con su sexta participación, siendo el que más en la historia de la competición. Por otro lado, no sólo se centró en todos aquellos que consiguieron besar metal. La plata de Camilíon, que estuvo ausente porque se encuentra disputando el Campeonato de Europa femenino del 3x3, y los bronces de Marcus Cooper medallista en K4-500 y Joan Antoni Moreno, medallista en C-2 500, presidieron el acto, pero los 18 restantes tuvieron su pequeño homenaje por parte del Govern.
Los medallistas fueron obsequiados con un cuadro en el que aparece una foto del deportista y la bandera de Balears en el interior. Todos aquellos que pudieron asistir a la recepción recibieron un plato con un patrón de ‘llengo’ como recompensa por haber competido. También recibieron el detalle, las madres del saltador de trampolín, Adrían Abadía y la futbolista Mariona Caldentey De los presentes en el acto, Mavi García, con su sexto lugar en la prueba de ciclismo en ruta fue premiada con un diploma olímpico.
Medallistas
Tras el discurso de la líder del Ejecutivo, hablaron Joan Antoni Moreno y Marcus Cooper. El pollencí, se mostró embriagado por lo que le tocó vivir en París y en esta recepción. «Estoy orgulloso de ser de mi tierra y poder representarla a nivel mundial. También quiero mandar un mensaje a mis compañeros que también nos acompañaron y recordarles que son un referente para todos nosotros por competir en unos Juegos Olímpicos», mencionó.
Acto seguido, Cooper cogió el testigo y con su tercera medalla olímpica al cuello, recordó su gran sentimiento hacia la tierra que le acogió cuando era pequeño. «Es una sensación increíble volver a Mallorca y sentir tanto cariño y ver como hay tanta gente que vibra con nosotros cuando competimos en unos juegos», reiteró el abanderado español en la capital parisina.
Una vez finalizado el acto, el de Santanyí quiere descansar y pensar en sus proyectos personales, pero no descarta volver al Consolat de Mar en un futuro. «Por edad todavía podría ir a otros dos Juegos Olímpicos, así que trabajaremos para darnos más alegrías, pero ahora quiero desconectar y no pensar en nuevos objetivos, que el cansancio acumulado hace mella tras tantos meses de preparación», asumió.
También recordó con emoción lo que supuso recorrer el río Sena con la bandera de España en la mano. «Ser el abanderado de tu país es una sensación única y que me llena de orgullo», confesó el palista. Cooper mostró su satisfacción por haber logrado su tercera medalla olímpico y recordó que «por los pelos y pequeños detalles» no logró una cuarta, en referencia a las nueve centésimas que le separaron del bronce en el K2-500 y lo que hubiese supuesto su cuarto metal en tres ediciones olímpicas.
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