Dani Rodríguez y Robert Navarro celebran el prime gol del Mallorca contra el Betis. | José Manuel Vidal

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Hoy puede ser otro gran día para el Mallorca de Jagoba Arrasate. Desbocado en la clasificación y sumergido en un estado de felicidad casi absoluta, el equipo bermellón quiere seguir agrandando esa burbuja en la que vive últimamente, alimentado de buen fútbol y mejores resultados. Los de Jagoba Arrasate, aún con el subidón metido en el cuerpo por la conquista del campo del Betis, destapan la octava jornada en Valladolid con la posibilidad de alargar su serie triunfal en el domicilio de un rival atrapado por las llamas (José Zorrilla, Movistar LaLiga, 21.00 horas).

Al Mallorca el mejor momento de los últimos años le ha sorprendido en un tramo del calendario atiborrado de compromisos. Ni siquiera ha tenido que devolver la llaves del campeonato el conjunto balear, que en cinco días laborables habrá cerrado una jornada y abierto la siguiente. En cualquier caso, tampoco no le ha sentado nada mal la carga de partidos. Ha ganado tres de los últimos cuatro, los dos más recientes de manera consecutiva, y está a las puertas de actualizar unos registros tan oxidados que ya pertenecen a otras décadas. No vence tres pulsos seguidos en Primera desde 2012 y no encadena tres victorias lejos de Son Moix desde 2008. Dos paredes que puede tirar si aprovecha esa ola a la que anda subido para pasar por encima de un Valladolid con los pies clavados a la arena.

Mientras acumula millas, Jagoba va sumando puntos y perdiendo futbolistas. A las bajas de Muriqi y Asano, que amenazaban con guillotinar su propuesta de ataque, se ha unido ahora la de Martin Valjent, un futbolista básico en su defensa que había regresado a su mejor versión en este inicio de temporada. Lastimado por un golpe en la rodilla que sufrió en el Villamarín, el eslovaco se caía de una convocatoria de la que también siguen fuera Javi Llabrés y Siebe Van der Heyden y en la que ha entrado el canterano Wade. Copete, que ha cumplido siempre que el técnico le ha necesitado, pondrá el cemento que falta en el centro de la muralla.

Si en el último partido parte de las dudas estaban en el puesto de nueve, en Pucela los interrogantes apuntan al lateral derecho. El rendimiento de Antonio Sánchez en una posición que no le pertenece ha sido exquisito, pero con Pablo Maffeo a punto —ya fue convocado a Sevilla— y Mateu Morey en la récamara igual no hace falta seguir cargando la mochila del mallorquín.

Los que se han ganado seguir en el once, aunque eso tampoco les garantiza la titularidad en Zorrilla, son Dani Rodríguez, Robert Navarro y Cyle Larin. El frente de ataque que compuso Arrasate con lo que tenía en Sevilla funcionó de manera fluida y solo la fatiga podría motivar cambios en esa parte. Exactamente igual que en la zona ancha, donde Omar Mascarell, Samú Costa y Sergi Darder volvieron a sentirse muy a gusto.

Enfrente el Mallorca tendrá a un Valladolid que tras ganar en su estreno contra el Espanyol solo ha podido rascar dos de los siguientes 18 puntos en juego. Un dato que lo mantiene enterrado en la clasificación, sepultado por todas esas dudas que le acompañan desde hace tiempo y no han desparecido ni con el ascenso.

Paulo Pezzolano, que pasó de puntillas por el último Mallorca que sacó un billete para viajar por Europa a través de la Liga —jugó 241 minutos repartidos en una docena de encuentros a las órdenes de Gregorio Manzano en la temporada 2009-10—, necesita revitalizar a un grupo que viene de perder en el Sánchez Pizjuán y que tiene muy dañada la autoestima. Para el partido contra los bermellones podría recuperar a al centrocampista Selim Amallah, que buscaría sitio en un once al que probablemente regresarán Raúl Moro y Juanmi Latasa.

Una de las cosas más positivas que trae a la espalda el Valladolid es la seguridad defensiva que muestra en su estadio. El blanquivioletaes, junto al Atlético, el único equipo del torneo que no ha recibido goles en casa.