El entrenador del Mallorca, Jagoba Arrasate, duante el partido del pasado viernes contra el Alavés en Mendizorroza. | Carlos Gil-Roig

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Raro es el equipo, futbolista o entrenador que no tiene una bestia negra a la espalda. Un monstruo que sale cada cierto tiempo del armario para arruinarle un partido, un fin de semana o, en algún caso extremo, una temporada completa. La de Jagoba Arrasate viste de rojiblanco y la dirige Diego Pablo Simeone. El técnico del Mallorca, que acaba de soplar las velas de los 250 partidos en Primera División, ha desafiado en una docena de ocasiones al Atlético de Madrid y ha salido derrotado en once de ellas. Una pesadilla constante a la que se enfrentará por primera vez este domingo como bermellón.

El conjunto colchonero es, con diferencia, el adversario que más se le atraganta a Jagoba y el que más dolores de estómago le provoca. En su ya dilatado expediente como técnico solo hay otro equipo que le ha ganado tantas veces como el Atlético: su vecino, el Real Madrid. Sin embargo, el número de cruces que ha tenido con el conjunto blanco es superior (17) y además de ganarle una vez le empató otras cinco. Contra los rojiblancos solo ha esquivado las balas en una ocasión. Y para alivio del técnico fue recientemente, coincidiendo con su última confrontación. Un detalle que indica que tal vez ha encontrado el antídoto contra el veneno más letal que ha padecido en la Liga.

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En la sucesión de derrotas de la que Jagoba Arrasate ha sido víctima frente al Atlético de Madrid hay un denominador común, ya que en el banquillo contrario se ha sentado siempre el Cholo Simeone. La primera de ellas fue cuando el de Berriatua acababa de agarrar el volante de la Real Sociedad. De hecho, fue el primer mal resultado de su historial en la elite. Los goles en Anoeta de David Villa y Koke Resurrección, el único que todavía resiste en la plantilla madrileña, le zancadilleaban para forzar una caída (1-2) que se reproduciría en la segunda vuelta, esta vez con una sonora goleada en el ya desaparecido Vicente Calderón (4-0).

Las nueve derrotas siguientes pillaron a Jagoba como entrenador de Osasuna y se concentraron en menos cuatro años. Daba igual que el partido se jugara en El Sadar o se trasladara al Metropolitano. Nueve citas consecutivas en las que el preparador vasco no daba con la fórmula para contener a la escuadra rojiblanca. En ocasiones le tumbaba sobre la bocina y con lo justo, diluyendo empates en los segundos finales. Y a veces pasándole directamente por encima, como cuando le atropelló (0-5) a los pocos días de que el campeonato se reanudara después del parón de la pandemia.

Jagoba rompió esa cadena de once partidos manchados de rojo y sin puntos el pasado mes de mayo, en el que era su desplazamiento de despedida con Osasuna. Con los deberes ya hechos y sin nada importante en juego, el cuadro navarro destrozaba al Atlético en Madrid (1-4) y le impedía pelear en la última jornada por una tercera plaza en la tabla que sería para el Girona. Arrasate abatía al fin a un monstruo que ahora amenaza con volver a aparecer.

El apunte

Los del ‘Cholo’ llevan dos salidas en falso

El Atlético de Madrid, que se ha descolgado a diez puntos del Barcelona, está obligado a mejorar su rendimiento ante el Mallorca si no quiere quedarse sin opciones de mantenerse en la pelea por el título en pleno mes de noviembre. Pese a que solo han perdido un partido en lo que va de campeonato, los de Simeone han ido desplomándose entre empates (cinco) y especialmente lejos del Metropolitano, donde solo han ganado un partido —en Balaídos y en el último momento— de los últimos cuatro que han disputado. El Atlético, al que esta noche le aguarda un exigente choque en el Parque de los Príncipes, ha acentuado sus dudas en los dos últimos desplazamientos. Primero empatando en Anoeta un encuentro que se le había puesto de cara nada más empezar (1-1) y después perdiendo en el Benito Villamarín (1-0). Además, también sufrió para eliminar al Vic en la primera ronda de la Copa del Rey.