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El Mallorca, que afrontaba con bajas trascendentales el duelo ante el Girona, sumó su octavo triunfo de la temporada, totaliza ya 27 puntos y despide el año de la mejor manera. Ayer, una vez más, quedó demostrado el alto valor del equipo, del trabajo conjunto, de las ayudas, de la solidaridad defensiva… Arrasate cuenta con un grupo disciplinado, trabajador y de gran calidad, que ayer realizó un partido soberbio, maravilloso.

Ganar en inferioridad numérica nunca es fácil. Y mucho menos si el rival es el Girona de Míchel, un excelente equipo que cuenta con grandes individualidades. El Mallorca ganó (2-1) al Girona en un gran partido. El equipo de Arrasate, que jugó con un hombre menos durante casi un cuarto de hora de la primera mitad y todo el segundo tiempo, se multiplicó en defensa en un duelo que los catalanes dominaron durante muchos minutos.

Van de Beek inauguró el marcador cuando solo se habían disputado siete minutos de juego en la primera aproximación del Girona. El partido se ponía casi imposible para los mallorquines, pero Larín perforó el portal rival unos minutos después. La expulsión de Muriqi dejó al Mallorca en inferioridad durante una eternidad.

El Girona intensificó su dominio en el segundo tiempo. Larín, que completó un duelo maravilloso, persiguió una cesión de Juanpe a su portero y adelantó al Mallorca en el minuto 50. No se notaba que el Mallorca jugaba con un hombre menos, aunque los catalanes acaparaban el esférico. El equipo de Arrasate, muy intenso y concentrado, se defendía con orden. El dominio de los catalanes era total, pero el esférico circulaba sin rapidez y el Mallorca no pasaba por grandes apuros.

Hernández Maeso dejó sin sanción una clara mano de Miguel Gutiérrez, que era el último futbolista de los catalanes, y el partido continuó con dominio visitante y el Mallorca pertrechado.