El conjunto de Vicente del Bosque va de más a menos y los elogios no se han hecho esperar. Vuelve a ser cabeza de cartel y su favoritismo para el choque ante los guaranís es patente, aunque, obviamente, nada decisivo. Y es que el encuentro no es menos importante para Paraguay, que nunca había conseguido alcanzar los cuartos de final y mantiene vivo también su sueño de gloria.
España tiene como mejor referencia mundialista el cuarto puesto en Brasil'50, pero en aquella ocasión lo que se disputó fue una liguilla. Desde entonces y con anterioridad, los cuartos de final han sido un muro infranqueable.
Antecedentes
La última ocasión fue en Corea y Japón 2002, cuando el equipo que dirigía José Antonio Camacho cayó en la tanda de penaltis ante los anfitriones surcoreanos en un partido que pasó a la lista negra por la decisiva actuación en contra del egipcio Gamal el Ghandour. Italia, en 1934 y 1994, y Bélgica, en 1986, truncaron también el sueño español en esta ronda. Es, por lo tanto, un nuevo momento de la verdad para España, ahora representada por este equipo de Del Bosque, que quiere dar por fin el salto de calidad que el fútbol español lleva aguardando décadas.
La 'roja' ha crecido a lo largo del torneo, en resultados, en juego y en sensaciones. Ha sido fiel a sí misma, a su estilo de fútbol combinativo y ha llevado la iniciativa y el control siempre.
Para hoy prevé otro encuentro similar a los anteriores en este Mundial y a los tres que ha jugado ante Paraguay, el tristemente recordado de Francia'98, en el que el 0-0 en Saint Etienne dilapidó sus opciones, el de Corea-Japón 2002 con victoria española por 3-1, y un amistoso en Logroño poco después, también saldado con 0-0.
Gerardo Martino ha formado un bloque que cuajó una gran fase de clasificación y que en este Mundial se ha mostrado muy sólido atrás, aunque le ha faltado más gol pese a tener hombres reputados como Roque Santa Cruz, Nelson Haedo Valdez o Lucas Barrios. De hecho, Paraguay es uno de los equipos que permanece invicto, tras empatar en la primera fase ante Italia (1-1) y Nueva Zelanda (0-0) y ganar sólo a Eslovaquia (2-0). Luego, en octavos, igualó sin goles ante Japón y superó a los asiáticos en penaltis.
Del Bosque y su equipo saben lo difícil que tendrán para acceder a la zona de peligro porque los guaraníes se protegen bien en su terreno y están muy atentos a salir con rapidez a la contra. Por lo tanto, vuelve a antojarse definitivo el movimiento rápido y preciso del balón con Xavi Hernández y Andrés Iniesta como directores de la orquesta que poco a poco va afinando la sintonía camino del sueño.
Planes
El técnico español repetirá el once inicial. Mantendrá escorado a la banda izquierda a David Villa, y en punta Fernando Torres pese al buen rendimiento de Llorente cuando le suplió ante Portugal. Sergio Busquets y Xabi Alonso serán los encargados de iniciar el juego y ayudar a la defensa, que frente a Portugal estuvo espléndida y que en esta ocasión tendrá de nuevo la misión de estar muy atenta en las rápidas contras paraguayas.
España interiormente no quiere sentirse favorita y caer en errores como el de la semifinal de la Copa de las Confederaciones ante Estados Unidos. Respeto al rival y humildad es lo que más se desprende de un equipo que sabe que tiene posibilidades reales de hacer algo grande, pero que debe ratificarlas en el campo, en el terreno de un escenario mítico Ellis Park donde superó a Honduras.
Paraguay, superado su maleficio de octavos, se presenta crecida y estimulada. El conjunto de Martino llega al partido como el equipo menos goleador, con tres tantos, pero el menos goleado. Unicamente con el que le marcó Italia a Justo Villar en el primer partido. Gerardo Martino ha recuperado al volante Víctor Cáceres. «El Topo» volverá al once, del que saldrá Néstor Ortigoza, su recambio natural. El centrocampista Aureliano Torres es la única ausencia que puede tener el seleccionador para el duelo contra España pese a haber mejorado de una contractura.
El técnico de Paraguay es partidario de afrontar los partidos con tres delanteros. Sin embargo, en su estreno contra Italia, reforzó el medio con un jugador más en detrimento de un atacante, una variante que puede repetir contra España, dada la fortaleza de la Roja en esa zona. De lo contrario, usará la terna ofensiva que puso en escena contra Eslovaquia, Nueva Zelanda y Japón.
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