Junto a Nadal, el también español David Ferrer se presenta en la capital británica por segundo año consecutivo para rematar una de las mejores temporadas de su carrera, en la que termina quinto en el ránking de la ATP y con dos títulos, en Acapulco y Auckland.
Los dos compatriotas competirán en dos grupos distintos, y mientras el mallorquín se medirá en la primera fase del Masters al suizo Roger Federar, al francés Jo-Wilfred Tsonga y al estadounidense Mardy Fish, el de Javea se verá las caras con el serbio Novak Djokovic, el británico Andy Murray y el checo Tomas Berdych.
Nadal se ha tomado un mes de descanso para llegar preparado a la recta final de 2011, en la que solo le resta afrontar el torneo londinense, del 20 al 27 de noviembre, y la final de la Copa Davis, que enfrentará a España contra Argentina a principios de diciembre en Sevilla.
El mallorquín cierra el año con una trayectoria agridulce que comenzó de manera inmejorable con una victoria en Roland Garros pero que cambió de dirección cuando Djokovic se cruzó en su camino.
El serbio, que solo ha perdido cuatro partidos en lo que va de temporada, le arrebató al mallorquín el número uno del mundo y la ensaladera de Wimbledon sobre la hierba del All England Club, y volvió a separarle de un nuevo título de Grand Slam en la final del Abierto de Estados Unidos.
El propio Nadal reconoce que Djokovic da la impresión de ser prácticamente imbatible este año, pero también advierte de que ningún tenista puede mantenerse «eternamente perfecto», con lo que deja entrever sus ganas de ajustar cuentas con el actual número uno de la ATP.
«Nole» se presenta en la capital británica con molestias en un hombro tras un año en el que ha ganado diez títulos, tres de ellos de Grand Slam.
En 2010, Djokovic perdió en las semifinales de la Copa de Maestros contra Federer, que después batió a Nadal en el último partido.
Esta temporada, el suizo llega a las Finales ATP de Londres para defender el título como una de las grandes incógnitas, pero también como uno de los máximos favoritos, después de cerrar por primera vez desde 2003 un año sin hacerse con uno de los cuatro grandes títulos, pero con el mérito de haber sido uno de los pocos que batió a Djokovic durante su gran año, en las semifinales de París.
La ventaja para Federer, además de una superficie rápida que le favorece, será la inyección de moral que ha logrado en las últimas semanas cuando se ha hecho con el torneo de su ciudad natal, Basilea, y con el Masters 1.000 de París-Bercy.
La eterna esperanza del público británico, Andy Murray, que se ha alzado este año hasta el número tres del ránking de la ATP, también plantará batalla en Londres.
El escocés ha ganado cinco títulos en 2011, pero no ha podido superar el muro de Nadal y Djokovic en los cuatro Grand Slam que, por el momento, se le siguen resistiendo.
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